Por qué odio los audios de WhatsApp pero sigo haciéndolos

Por qué odio los audios de WhatsApp pero sigo haciéndolos
2 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Mi primer axioma de vida es que las contradicciones son necesarias y mi relación con los audios de WhatsApp es uno de los mejores ejemplos. Odio recibirlos pero me encanta mandarlos. ¿Qué tiene esta función tan útil para despertar odios y pasiones en función de qué lado del teléfono estemos?

No me envíes un audio, por favor

Una operación full atention

Tg Image 91836455

No sé si ha sido la vida, las redes sociales o la cantidad ingente de texto que he tenido que leer a lo largo de mi existencia, la cuestión es que me he acostumbrado a leer en diagonal casi siempre, detectando de forma automática las palabras clave de la conversación. Mucha información procesada con un vistazo en poco tiempo. Esto me permite poder hacer varias cosas a la vez con una tasa moderadamente alta de éxito: te enteras del grueso de lo que lees y además eres capaz de ejecutar otra tarea.

Con los mensajes de voz, la atención que necesito es muy superior, lo que se traduce en que probablemente necesite dejar de hacer las otras cosas. Sé que no estoy sola en esto: ¿cuántas veces has visto un audio de WhatsApp de varios minutos y te has dicho eso de "ya lo escucharé luego, cuando tenga más tiempo"? Sin embargo, si esa conversación se dilata en el tiempo bastantes minutos más, no suele pasar nada.

Al César lo que es del César: en un minuto somos capaces de decir muchas más cosas que si empleamos el mismo tiempo escribiendo, así que también vamos a procesar más información y seguramente, menos concreta. No siempre estoy dispuesta, tengo ánimo o tiempo para escuchar un audio.

Que si quiere bolsa, caballero

Audiii
Ella descubre que tiene un audio de 7 minutos de su amiga, óleo sobre lienzo.

"Nos vemos mañana a las 5 en Zabaldi" vs "hola buenas, oye qué frío hace hoy. Oye, mañana al final quedamos, ¿no? He pensando que como andaré por lo viejo haciendo recados y tal, igual podemos vernos más o menos a las 5, si puedes, en Zabaldi? Que además tengo que devolver un libro y así oye, un win-win". El core es lo mismo pero mientras que en lo primero tenemos claro lo importante, en el segundo tenemos que descifrarlo (de nuevo, prestando bastante atención). Nos gusta enrollarnos.

Aportar contexto es importante, pero a veces nos convertimos en una versión chusca de Tolkien, que no tiene reparos en dedicar varias hojas a describir un árbol. Además, como son mensajes orales improvisados, se nos va totalmente lo de estructurar.

¿El resultado? Un batiburrillo de ideas del que cuesta quedarse con lo importante y que a veces confunde más que aclara.

Buscar un fragmento de la conversación y otros instrumentos de tortura

En una charla se dicen muchas cosas y a veces tienes que recurrir a ellas para echar en cara a modo de recordatorio. Refrescar mensajes importantes. Hacer scroll buscando el mensaje concreto con texto es sencillísimo. Y más fácil y rápido si cabe es usar el buscador con esa palabra clave concreta.

Desgraciadamente, no puedes hacer lo mismo con los audios de WhatsApp y si además habéis intercambiado mensajes orales, recuperar lo que te interesa te puede llevar un buen rato de escuchas. Sí, oír los audios acelerados hará que la tarea sea menos ardua, pero sigue siendo terrible. Truqui: si hay un audio que presientes necesitarás después, márcalo como favorito o reenvíatelo.

Lo que más me gusta de los audios de WhatsApp

Mejoran la accesibilidad de la aplicación

Hay que tener en cuenta dos premisas fundamentales: WhatsApp es una aplicación de mensajería cuya misión es poder comunicarnos y la segunda, que esta app la tiene todo el mundo. Tu pareja. Tu amigo. Tu vecina. El fontanero. Tu tía Puri de Logroño. Y no todo el mundo está igual de adaptado a usar un teléfono táctil y una aplicación.

Así que aunque tú lo hagas por comodidad o la pereza de escribir, hay quien lo hace porque no se apaña con un teclado, bien sea porque no ve las letras, porque los espacios destinados a ellas son demasiado pequeños, porque le falta familiarización. Y hablar a menudo con tu abuela es un puntazo, así que si ella usa los audios para decir "vale", pues tú te callas y asimilas fetén. Con los audios de WhatsApp, la app que tiene todo el mundo permite que hable todo el mundo.

Mayorconwhatsapp

La naturalidad de lo oral juega en tu favor

Vaya por delante que lo ideal para comunicar un mensaje largo es hacerlo del tirón en un único envío, para que la idea no se desperdigue y se pierda entre el intercambio de interacciones. Pero aún así, comunicarse por escrito tiene su aquel.

Porque de "Vamos a comer, niños" a "Vamos a comer niños" hay solo una coma y el paso de una instrucción para que coman los peques de la casa a una invitación al canibalismo. Puntuar no es fácil, la mayoría no lo hace (hacemos) bien y lo de expresarse adecuadamente por escrito es un arte. Y esto da lugar a malos entendidos.

En este escenario la naturalidad de los mensajes orales ayudan a estructurar adecuadamente y la guinda del pastel la da el tono: por escrito se abren las puertas del infierno de las malas interpretaciones, pero en un mensaje oral puedes decir que "gracias, pero no" y que suene mucho más suave.

Definitivamente, para conversaciones incómodas, mejor un audio.

Bienvenidos y bienvenidas a mi podcast

Pexels Andrea Piacquadio 3783519

Lo hemos visto en el punto del "que si quiere bolsa, caballero", pero es que tiene su lado bueno y su lado malo. Escribir un mensaje de WhatsApp requiere que prestes moderada atención a la pantalla y el esfuerzo de ir tecleando, pero con un audio es darle al botón y rajar. Más teniendo en cuenta que desde hace años no es necesario ni mantener apretado el botón del micrófono.

Hacer audios es mucho más cómodo. Que sí, que también puedes enrollarte y divagar vía texto, pero es menos probable por una cuestión de comodidad y porque queda menos invasivo que alguien se encuentre un audio de 4 minutos que 17 mensajes pendientes de leer. Te sientes una ninja dando la chapa porque queda mucho más recogidito.

Oye, y ¿qué tiene de bueno más allá de desahogarte como emisor del mensaje? Pues que si tienes cierta familiaridad con tu interlocutor, y si haces un audio de 5 minutos quiero pensar que la tienes, aportas ese extra de chascarrillos que alimenta y fortalecen vuestra relación. De hecho, tienes hasta margen para avanzar el tráiler de cosas que te han pasado y que ya contarás cuando os veáis.

Comentarios cerrados
Inicio