Android integrado en el televisor, una mala idea

Philips ha presentado tres televisores de altas prestaciones con un detalle llamativo, un "Powered by Android" como reclamo publicitario. La posibilidad siempre ha estado ahí, y a priori es muy interesante tener acceso a la potencia de Android en nuestra pantalla de televisión. Sin embargo siempre he sido muy crítico con estas soluciones integradas, y en este caso mantengo mi postura.

Los equipos "combo" integrados siempre han estado ahí. Cadenas de música monobloque, donde en un mismo equipo tenemos la radio, el amplificador, el reproductor de CDs, el tocadiscos, la cassette doble... El televisor con DVD integrado. O con VHS integrado. O con Betamax, como esa joya casi pre-tecnológica de la imagen de cabecera. Son soluciones compactas, ocupan poco espacio, de cara al usuario son una propuesta cómoda y a menudo más económica que adquirirlas por separado.

A favor, la integración

A favor de estos equipos juegan varias bazas. Centrémonos en la propuesta de Philips, que es el desencadenante de esta disertación, y tomemos el tope de gama: una pantalla con resolución Ultra HD (4K para los amigos menos estrictos), con un procesador de seis núcleos corriendo Android 4.2.2. Soporte Miracast, controlables desde una app Android en nuestro smartphone, o desde el propio mando del televisor.

La principal ventaja que le veo a este sistema es este, el control desde el propio mando del televisor. Sabes que va a correr a la perfección y no vas a tener ningún problema de compatibilidad de conectores, de resolución o de vete a saber tú. Lo enciendes, descargas tus aplicaciones favoritas de Google Play, y a usarlo. Nada de cables por medio, ni "tu dispositivo móvil no es compatible con la aplicación de mando a distancia".

Suena genial, ¿verdad? Tengo Android en el televisor y para mi se ha convertido en algo básico, casi imprescindible. En mi caso, es a través de un "set top box", impreciso anglicismo para decir que es un dispositivo Android externo, situado debajo del televisor en mi caso. Externo. Y sustituible.

Ciclo de vida reducido

En un equipo "combo", la vida útil del conjunto es la más corta de los elementos que lo conforman. Si tienes el televisor y junto a él un reproductor Blu-ray, si se estropea el reproductor sigues teniendo la tele. Si van en un mismo pack, ni tienes reproductor ni tienes tele. Pero ese riesgo es nada comparado con una certeza mayor: el blu-ray tiene sus días contados, y con seguridad llegarán antes que el fin de vida del televisor.

Android avanza a gran velocidad, y se queda obsoleto a esa misma velocidad. Lo que hoy es una maravilla puntera de seis núcleos, en un año será un gama media, y en dos un lastre para tu magnífica pantalla Ultra HD. Es más, es posible que dentro de dos años aún tengas poco contenido 4K con el que exprimir la calidad de imagen de tu televisor, pero el estado de Android haya avanzado tanto que tus aplicaciones favoritas ya no sean compatibles con él.

Es más incómodo, ocupa más espacio, no tendrá una integración tan cuidada, y necesitarás dos mandos a distancia, pero mi recomendación es siempre la misma: Android en el televisor sí, por supuesto, pero mejor dos equipos por separado que uno con todo integrado.

Imagen | Wikimedia Commons En Xataka Android | TP Vision anuncia sus primeros televisores Philips con Android y Google Play

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