Del plástico al metal I. Así han evolucionado los materiales en nuestros smartphones

Cuando hablamos de smartphones hablamos de tecnología, pero también de diseño. El procesador y el software son claves en la experiencia de uso, pero un mal diseño puede jugar en contra. El tamaño, el peso, la forma, los materiales y hasta el acabado son aspectos clave en cualquier dispositivo de uso diario como es un smartphone, y los fabricantes por fin se han dado cuenta.

Creo que todos estaremos de acuerdo en que el primer iPhone lanzado en 2007 marcó el inicio de la telefonía inteligente tal y como la conocemos ahora. Un año más tarde llegaba Android y el panorama se amplió con infinidad de nuevos modelos. Al principio, la batalla se libró en el hardware; más núcleos, más megapíxeles, más RAM… Los fabricantes siguen innovando estas áreas pero desde hace relativamente poco tiempo se está dando más importancia al diseño, que es de lo que va este artículo: la evolución del diseño en smartphones, más concretamente de los materiales.

En los últimos dos años, la tendencia del llamado ‘diseño premium’ se ha extendido rápidamente por todo el panorama móvil, especialmente las gamas altas y en menor medida en la gama media -aunque es cada vez más habitual. Esta idea de ‘diseño premium’ se ha convertido en un requisito en cualquier flagship que se precie, y está íntimamente ligada al tipo de material empleado.

El versátil y subestimado plástico

El plástico es uno de los materiales más utilizados en equipamiento electrónico y los smartphones no son la excepción. Hasta hace bien poco, la gran mayoría de fabricantes de telefonía móvil apostaba por el plástico para la creación de sus smartphones de forma casi exclusiva, pero cada vez son más los teléfonos que se han pasado al metal y el cristal, lo que conocemos como materiales premium.

El plástico es más versátil y, sobre todo, más económico de producir, pero su mayor virtud es también su mayor defecto. El plástico se asocia a lo barato, a la mala calidad.

Pero el plástico es más versátil. Permite crear infinidad de formas, puede ser de colores, tener distintos acabados, ser más o menos resistente y, sobre todo, el plástico es más barato de producir y manipular. Su mayor virtud es también su mayor defecto, y es que el plástico se asocia precisamente a eso: lo barato. Dicho de otro modo, el plástico es sinónimo de mala calidad.

Sin embargo, decir que un diseño es de mala calidad basándonos únicamente en el material empleado es un error. Hay otros aspectos que influyen como el tipo de construcción (si tiene tapa extraíble o es monobloque), la resistencia del plástico empleado y por supuesto el acabado final. Es cierto es que a menudo nos encontramos con móviles de plástico con muy malos acabados, pero también hay casos en los que sucede justo lo contrario.

Decir que un diseño es de mala calidad basándonos únicamente en el material empleado es un error, hay otros aspectos que influyen.

Me vienen a la cabeza algunos terminales de la serie Lumia de Nokia y aquel diseño realizado a partir de una pieza de policarbonato tallado prácticamente indestructible. El One X de HTC que llegó en 2012 también apostaba por este tipo de plástico resistente y una construcción monobloque que no permitía extraer la batería.

Lo premium: metal y cristal

Los móviles de metal no llegaron hace dos días. De hecho, HTC se atrevió con este material con su HTC Hero allá por junio de 2009, pero el metal fue tendencia hasta mucho después. Si el plástico se asocia a lo barato, el combo metal-cristal se asocia a lo caro. Es sinónimo de calidad.

Si el plástico se asocia a lo barato, el combo metal-cristal se asocia a lo caro. Es sinónimo de calidad.

Aunque al principio el plástico era el material predilecto, el metal siempre se ha visto como un paso más. Todos querían ser de metal, prueba de ello son los habituales marcos de plástico con efecto metalizado que plagaban el panorama móvil (alguien dijo Samsung?). Al principio era suficiente, pero ahora los usuarios no queremos trucos de magia, queremos the real deal.

Es imposible hablar de diseño premium y no mencionar a Apple una vez más. Además de usar el aluminio de forma habitual en su línea de ordenadores, la marca de la manzana se inventó aquel sándwich de metal y cristal que llamaron iPhone 4 y la idea fue calando poco a poco entre sus rivales. Sony también apostó por esta misma idea con su famosa serie Xperia Z y el año pasado Samsung se sumó a la fiesta con el Samsung Galaxy S6.

Pero no es premium todo lo que reluce. Precisamente el iPhone 4 nos enseñó que el metal tiene inconvenientes, y uno de ellos es que bloquea la señal de la antena. Es el motivo por el que los móviles con trasera de aluminio como los HTC One o también los iPhone 6 y 6s tienen unas líneas que recorren la parte trasera que no favorecen demasiado.

El iPhone 4 nos enseñó que el metal tiene inconvenientes, y uno de ellos es que bloquea la señal de la antena, por eso muchos móviles llevan esas líneas en la parte trasera tan poco favorecedoras.

En este punto tenemos que mencionar el recién presentado Asus Zenfone 3 Deluxe, el nuevo flagship de la marca taiwanesa que luce un chasis de aluminio en el que no hay ni rastro de las dichosas líneas de la antena. Esperemos que otros fabricantes sigan su camino.

El segundo inconveniente del metal es que es más caro. Este es el motivo por el que se suele reservar a las gamas altas, aunque el concepto de gama media premium está empezando a sonar últimamente. Son móviles con un perfil técnico intermedio que ponen especial acento en el diseño usando materiales premium, y la fórmula funciona. Es el caso de la popular serie Galaxy A de Samsung.

El material es sólo eso: materia

No hay que olvidar que la elección del material es sólo un elemento del diseño. Un móvil puede ser de metal y tener unos acabados desastrosos mientras que uno de plástico puede dar mayor sensación premium.

Personalmente la etiqueta 'diseño premium' no me puede parecer más tendenciosa, un truco de marketing más que me recuerda a eso de "muebles de diseño" que habitualmente se asocia al mobiliario más caro (como si los muebles baratos se diseñaran ellos solos).

El metal no es en absoluto un requisito para que un diseño sea de buena calidad o, como nos gusta decir ahora, 'premium'.

Traduzcamos premium por calidad, y la calidad no está supeditada a los materiales. En este sentido, el uso del metal no es en absoluto requisito para que un diseño sea de buena calidad o 'premium', responde más bien a una moda que sólo el tiempo dirá si es o no pasajera.

Estad atentos porque mañana publicaremos la segunda parte de este especial sobre el diseño, en la que hablaremos sobre la evolución de las principales marcas.

En Xataka | ¿Quién está ganando la batalla del diseño en el móvil?

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