La cantidad y diversidad de terminales móviles que encontramos hoy en día en el mercado es, sencillamente, abrumadora. Las opciones se cuentan por decenas si nos quedamos en las marcas o por cientos si nos fijamos en los modelos, con infinidad de variantes posibles tanto estéticas como tecnológicas.
Pero es en la gama media donde ponen el foco de atención la mayoría de los potenciales compradores de smartphones. Buscan productos con señas de identidad estéticas y tecnológicas que se adecúen a sus intereses, gustos y bolsillos.
En busca de la identidad
Precisamente, a la hora de diseñar productos dentro de esta gama de terminales, los fabricantes hacen énfasis en la búsqueda de una identidad fuerte que destaque sobre los demás. La forma de hacerlo no es sencilla: si se “pasan” integrando tecnologías y adoptando diseños industriales punteros, el coste de fabricación subirá y el precio de venta también aumentará. Si se quedan cortos, los teléfonos no captarán la atención de los usuarios.
A esto hay que sumar la exigencia de los usuarios, que demandan terminales cada vez más potentes y atractivos, a precios cada vez más ajustados, junto con acabados premium y materiales avanzados en la construcción de los mismos. Ya no vale con ofrecer unas especificaciones “cargadas” para despertar el interés del comprador: el terminal también tiene que gustar y tener elementos que destaquen sobre los demás, sin que haya puntos débiles que supongan un “pero” para una toma de decisión de compra.
Pero si hay tres componentes que caracterizan a un smartphone hoy en día, estos son el diseño, el rendimiento y las cámaras de fotografía/vídeo. De poco sirve que un modelo sea muy bonito, ergonómico y bien acabado si la CPU, el procesador gráfico, la memoria o el almacenamiento no brindan una experiencia de uso correcta, o no se perciben como “suficientes”. Igualmente, una cámara versátil, con una buena calidad general, diferentes ópticas y modos de captura de fotos y vídeos solventes, es prácticamente obligatoria.
En estos apartados es donde los fabricantes “se la juegan” en la arena de las tiendas físicas u online, donde hay decenas de contendientes y donde el teléfono tiene que “decir algo” al comprador que lo convenza sin ambages.
Diseño: el rompecabezas de las tendencias
Desde su aparición en la pantalla de nuestros teléfonos, el notch ha sido un elemento polémico. La decisión de mover la o las cámaras frontales “dentro” de la pantalla para maximizar la relación pantalla/cuerpo no ha venido exenta de contrapartidas.En efecto, al llevar la cámara dentro de la pantalla, se pierde espacio útil en ella y en la zona de notificaciones, rompiendo la pureza de líneas que se busca al maximizar el tamaño del display reduciendo los marcos y eliminando grandes "cejas" y "barbillas".
La relación pantalla/cuerpo, de hecho, es una métrica que se asocia con el buen hacer del fabricante a la hora de diseñar el terminal. En este apartado, una de las tendencias más radicales que se han adoptado es la de eliminar completamente la cámara del frontal, llevándola al interior del smartphone cuando no se usa y desplegándola solo cuando se necesita mediante mecanismos de tipo pop-up motorizado. De este modo, se consiguen ratios pantalla/cuerpo de más del 90%.
Fabricantes como OPPO han llevado esta tecnología a sus terminales de gama media-alta, como los OPPO Reno2 (a la derecha de la imagen superior) e incluso al OPPO Reno2 Z (izquierda), donde encontramos mecanismos de cámara pop-up diferentes. En el primero se cuenta con un mecanismo de tipo “aleta” mientras que en el segundo tenemos un sistema menos espectacular.
En ambos casos, el efecto “WOW” está asegurado, así como una pantalla limpia y sin elementos que perturben la estética o la funcionalidad disfrutando de películas o juegos, o que interfieran con las notificaciones. La relación pantalla/cuerpo supera en ambos casos el 90%, llegando al 93,1% en el caso del OPPO Reno2.
OPPO Reno2. Smartphone con pantalla de 6,5"; cámara principal de 48 Mpx, gran angular de 8 M px, teleobjetivo de 13 Mpx y el sensor monocromático de 2 Mpx; zoom híbrido 5X y zoom digital 20X; IA, fotografía nocturna, efecto bokeh en vídeo, ultraestabilizador de vídeo...
Se trata de mecanismos robustos, rápidos y fiables. **Integrar una tecnología novedosa no puede ser a costa de “peros”: si se hace tiene que hacer con todas las garantías. La gama media-alta se está convirtiendo en el encaje de bolillos por antonomasia: precios de gama media con características premium.
Materiales técnicos y degradados sutiles
Los usuarios aprecian acabados con personalidad más allá de los colores planos y apagados propios del policarbonato de antaño. Ahora, es preciso usar colores con degradados, acabados en cristal, marcos delgados, formas suaves con curvaturas que den continuidad a la geometría o estructuras rígidas que aporten sensación de robustez.
De nuevo, si se da el paso en esta dirección, se hace o no se hace. Quedarse a medias tampoco es suficiente para que el usuario de una oportunidad al móvil y empiece a sopesarlo en sus manos, mirando el precio al tiempo que tantea el teléfono y se fija en los detalles más técnicos. Sin una sensación “premium”, lo más probable es que deje el terminal en su soporte y pase al siguiente.
Si estamos ante acabados de tipo cristal, lo suyo es que sea de cristal Gorilla Glass. Y cuanto más avanzada sea la generación tecnológica del cristal, mejor. Terminales como el OPPO Reno2, sin ir más lejos, usan Gorilla Glass 6 para la pantalla y el recubrimiento trasero. Eso sí, Gorilla Glass 5 también es una elección equilibrada para una gama media-alta.
Rendimiento: un cóctel con muchos ingredientes
Además de bonito, un móvil tiene que ser rápido y solvente. La pantalla debe verse bien, el procesador tiene que mover varias apps a la vez con agilidad, permitir el consumo de juegos sin ralentizaciones y ofrecer una capacidad de almacenamiento que no se quede pequeña a las pocas semanas.
Aquí es donde los fabricantes se enfrentan a decisiones más complicadas aún que en el caso del diseño. Si se elige un procesador de gama alta a costa de menos memoria, almacenamiento o batería, tampoco se resuelve gran cosa, por ejemplo. El equilibrio es la palabra clave también aquí. Eso sí, si un fabricante quiere sobresalir, tiene que envidar a la grande. En el momento de dar el salto al mercado nacional, OPPO ha apostado por configuraciones en los Reno2 y Reno2 Z con nada menos que 8 GB de RAM y 256 GB y 128 GB, respectivamente, para el almacenamiento. Si vamos al SoC, las configuraciones de ocho cores son también una buena apuesta.
Otra de las tendencias que llegan al apartado del rendimiento es la de la carga rápida para la batería, junto con capacidades altas. Superar la barrera de los 4.000 mAh con tecnología de carga rápida es un valor añadido que completa un buen cóctel.
Cámaras: la versatilidad es la palabra mágica
En la gama que nos ocupa la cámara es otro componente de vital importancia a la hora de diferenciarse y no quedarse fuera del corte en un proceso de selección. Ya no vale con una cámara, por mucho que el resto de elementos de diseño o rendimiento estén bien resueltos. Ni siquiera con dos. Y tampoco es suficiente con tener dos, donde una de ellas sea un sensor de profundidad: se busca versatilidad real, con diferentes y luminosas ópticas y angulares.
La cámara principal, desde luego no puede fallar. Un sensor de 48 Mpx con una buena apertura es un requisito óptimo. Más megapíxeles no necesariamente son sinónimo de mejor calidad. Es más, pueden ralentizar la experiencia de uso de la cámara si el procesador no está a la altura.
El angular normal con apertura, junto con un gran angular, es una buena carta de presentación. Pero aquí también es necesario envidar a la grande si se quiere sobresalir. De nuevo OPPO, con el Reno2, consigue dar el salto a las cuatro cámaras con un excelente zoom óptico 2X, híbrido 5x y digital 20X. Toda una declaración de intenciones y apuesta por la fotografía como elemento diferenciador. En el OPPO Reno2 Z se prescinde de la cámara zoom, eso sí, para lograrun precio más reducido con una elección de cámaras diferente, aunque manteniendo el concepto de quad cámara.
La cámara frontal tampoco puede descuidarse, por supuesto, ni la parte del vídeo, que preferiblemente debe contemplar captura a 4K y estabilización electrónica y/o óptica. Si tenemos varios sensores, poder cambiar de focal durante la captura es otro plus. En este punto, encontramos una vez más otro elemento diferenciador en la parte del software.
OPPO Reno2 Z. Smartphone con pantalla de 6,5"; cámara principal de 48 Mpx, gran angular de 8 Mpx, lente retrato de 2 Mpx y sensor monocromo de 2 Mpx; IA, fotografía nocturna, efecto bokeh en vídeo, ultraestabilizador de vídeo...
OPPO, por ejemplo, incorpora en sus terminales un completo software de edición, Soloop, muy potente y fácil de usar, que elimina la necesidad de llevar un ordenador para dar un toque más creativo a los vídeos. Soloop es parte de la capa de personalización Color OS que llevan los teléfonos de este fabricante.
Cómo conseguir que el cliente no suelte el terminal
En última instancia, un teléfono tiene que motivar al usuario a seguir teniéndolo en las manos mientras da un repaso por el checklist de características y sensaciones que busca, confrontándolas con el precio de venta. Incluso si lo suelta en busca de otras opciones, ha de ser capaz de hacernos volver y resistir los agravios comparativos con la competencia.
Son momentos complicados según se mire. Se trata de encontrar un conjunto de tecnologías donde no haya fallos y sí elementos sobresalientes en los apartados que hemos descrito anteriormente. Los fabricantes que cuentan con terminales en gamas premium juegan con ventajas como una imagen de marca más robusta, así como con la posibilidad de llevar a gamas inferiores tecnologías de otras superiores con más facilidad. En todo caso, el reto es enamorar al usuario, quien finalmente tiene la última palabra.
Imágenes | OPPO