Samsung y los plegables: de revolución a estancarse en el mismo formato

Con la llegada de los nuevos formatos de pantalla el futuro se anticipaba revolucionario, pero al final está siendo algo repetitivo. Es lo que parece ocurrir en la familia plegable de Samsung: el relevo generacional no presenta apenas cambios, al menos en lo que atañe a diseño, mecánica de uso y funciones exclusivas adaptadas a los móviles plegables. ¿Más de lo mismo?

Confieso que soy de los que imaginaban los móviles plegables como la especie de tableta que utilizan los ingenieros de Westworld cuando interactúan con los personajes del parque, ese dispositivo capaz de extenderse hasta un tamaño generoso partiendo de unas dimensiones mínimas y sin que el factor de plegado introduzca inconvenientes durante el uso del dispositivo en sus distintas posiciones. Sé que es una visión demasiado optimista, pero todo apuntaba en esa dirección cuando pude ver los primeros móviles plegables de Samsung y Huawei en el Mobile World Congress de 2019. La realidad está siendo algo diferente.

Los móviles plegables aquejan la misma saturación que los móviles "normales"

Las leyes no escritas que rodean el diseño de los smartphones dictan que éstos deben ofrecer algo diferente de sus predecesores para así distinguirse y lograr que valga la pena la renovación, algo que en la realidad no ocurre: asistimos a nuevas generaciones que apenas cambian con respecto a las del año pasado. Diseños idénticos entre sí, nombres que terminan confundiendo (mucho) los catálogos y tímidas evoluciones con las que cuesta justificar una nueva compra.

Si las grandes sagas de smartphones con pantalla no flexible se han vuelto tan repetitivas que cuesta recordar las diferencias entre generaciones, lo mismo le está ocurriendo al sector de los móviles con panel flexible. Es cierto que la tecnología actual no permite factores de forma tan de ciencia ficción como la citada tableta de Westworld, pero sí debería abrir la puerta a teléfonos capaces de ofrecer mucho más que la curiosidad de doblarse. Samsung no lo está logrando.

He sorprendido en multitud de ocasiones al doblar un teléfono como el Samsung Galaxy Z Flip, resulta indudable que la primera vez te rompe los esquemas. Y pasa con la segunda vez, quizá con la tercera. Al final, dicha flexibilidad termina siendo tan común como lo es ahora desbloquear el teléfono con la vista, por ejemplo. Con otro importante aspecto a tener en cuenta: si una pantalla flexible rompe por completo la mecánica de uso, dicha ruptura debería aportar algo más que curiosidad al usuario. Tras cuatro generaciones Samsung debería haber encontrado la manera.

Un móvil que se dobla debería ofrecer mucho más aparte de la curiosidad de plegarse. Samsung no lo ha logrado tras tres años de modelos comerciales

A lo largo de los últimos años asistiendo a eventos y conferencias he visto experimentos flexibles de todo tipo. Pantallas enrollables que se extienden como un pergamino, teles que también se enrollan y hasta tablets que se doblan en tres planos hasta plegarse como un acordeón. Los dos formatos de Samsung se me hacen los más prácticos de todos, no creo que la marca deba arriesgarse con una pantalla que saque un sobresaliente en papiroflexia. Aun así...

El salto generacional en la gama plegable tendría que estar más justificado

Samsung Galaxy Fold3

Estamos acostumbrados a que se renueven las generaciones cada año, a veces incluso cada seis meses. El mercado manda, ya que la novedad atrae un mayor volumen de ventas que un producto que lleva cierto tiempo en el mercado. Al ritmo que avanzan los componentes electrónicos dicha renovación también puede justificarse en parte, no en vano siempre habrá clientes que busquen lo mejor de lo mejor en la gama premium donde se mueven los Samsung Galaxy Z Fold4 y Samsung Galaxy Z Flip4.

El cambio al Qualcomm Snapdragon 8+ Gen 1 supone un enorme avance para los dos plegables, sobre todo en términos de eficiencia energética y exceso de temperatura. La mayor batería del Samsung Galaxy Z Flip4 es una excelente noticia, también la aparente mejora en fotografía de su hermano mayor, el Samsung Galaxy Z Fold4. Más allá de aquí, ambos son prácticamente los mismos que sus predecesores, los Samsung Galaxy Z Fold3 y Samsung Galaxy Z Flip3; que a su vez no se diferencian demasiado en diseño y experiencia de uso con respecto a los plegables originales.

Es casi imposible encontrar las diferencias a simple vista entre las distintas generaciones de móviles plegables de Samsung

Los móviles plegables aún no son teléfonos accesibles a cualquier bolsillo por más que los Flip sí diesen un tímido paso hacia los escalones inferiores del catálogo. Dadas las posibilidades de las pantallas flexibles, y el precio que imponen en el producto final, no creo que sea de recibo el estancamiento que está sufriendo la gama. Sobre todo tras sustituir a mis queridos Galaxy Note (móviles que también se estancaron, todo hay que decirlo).

No pagaría los 1.800 euros que cuesta un Samsung Galaxy Z Fold4, considero que lo que ofrece no marca una clara diferenciación con respecto a lo que puedo obtener de un buen móvil con pantalla no flexible. Y si fuera un cliente de ese tipo de móviles tampoco consideraría dar el salto, ni siquiera teniendo un Samsung Galaxy Z Fold2. La evolución ha sido mínima.

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