Samsung Galaxy S7, analizando el detalle para cerrar un debate necesario

Día 3 del Mobile World Congress 2016. El ritmo de visitas a stands y citas con las marcas presentes en la Fira de Barcelona no ha parado, pero al menos sí lo ha hecho la vorágine de presentaciones importantes que suelen convertir los inicios de una feria como esta en un sprint de lo más intenso por llegar a todo.

Sea como fuere, creemos que es el momento adecuado para alejarnos de los focos y sentarnos aquí, buscar a los grandes protagonistas de la feria y analizar con más tiempo lo que nos ofrecen estos Samsung Galaxy S7 y S7 Edge que ya hemos podido probar y comparar con su competencia. De otro modo, sería imposible cerrar con vosotros el debate a su alrededor acortando ya plazos hasta que llegue nuestro habitual análisis a fondo.

Han corrido ya ríos de tinta sobre el nuevo buque insignia coreano, eso lo sabemos, pero lo cierto es que muy pocos se han parado a desgranar las claves de un smarpthone muy esperado, que ha sabido mejorar lo presente pero que sin embargo tampoco ha innovado demasiado.

Más bien, parece que Samsung se haya conformado con escuchar al mercado y a sus usuarios arreglando aspectos que el Galaxy S6 dejó inexplicablemente en el tintero, pero la falta de necesidad nos ha dejado sin todas esas novedades que la mayoría esperaban.

¿Innovar o evolucionar? Una cuestión de necesidad...

Obviamente, el primer punto a debatir es si Samsung ha puesto toda la carne en el asador con el Galaxy S7, y lo cierto es que es una pregunta muy complicada de contestar.

Viendo que LG ha buscado una estrategia rompedora estrenando los smartphones modulares, parecería que la apuesta de su vecino coreano es más bien conservadora. Nada más lejos de la realidad, pues las estrategias de unos y otros se basan simplemente en la necesidad de unos y otros.

LG necesitaba un paso adelante después de que sus últimos smartphones de gama alta recibiesen buenas críticas sin llegar a convertirse en referencia, Sony igual, mientras que Samsung ya disponía de un producto con mucho recorrido al que una sencilla evolución le permitiría continuar la lucha.

Dicho esto, el debate se traslada más bien a la presentación de un Galaxy S6 ensombrecido y sin sentido, que nos hace pensar que este Galaxy S7 es lo que Samsung debió presentar ya el año pasado sin prescindir de la expansión de memoria, optimizando el espacio para una batería de mayor capacidad, etc.

El Galaxy S6 se puede definir pues como un globo sonda, un explorador con nuevas líneas de diseño y materiales que tuvo un año para recoger críticas y opiniones a la espera del verdadero nuevo Galaxy S. La pregunta en sencilla, ¿es la sexta una generación perdida para los Galaxy S6?

Galaxy S7, cumpliendo las expectativas

Visto ya que la revolución no era necesaria, seguramente ahora podamos afirmar que efectivamente el nuevo Samsung Galaxy S7 cumple perfectamente las expectativas. De hecho, el gigante coreano ha sido capaz de coger un buen producto y convertirlo en otro mejor en todos sus apartados.

El diseño se ha pulido con detalles como la curvatura del cristal trasero, que mejora notablemente el tacto y la sensación en mano del dispositivo. Además, con los mismos materiales y técnicas de ensamblado Samsung ha podido esta vez introducir la resistencia a agua y polvo, aspecto muy de agradecer aunque no demasiado diferenciador como ya Sony ha comprobado sobradamente.

La parte de hardware no defrauda, y es que de un Galaxy S se espera siempre el mejor datasheet posible en el mercado. Con 4 GB de memoria RAM LPDDR4 y un chipset Exynos 8890 que alcanza potencias ya cercanas a procesadores Intel para PC, aquí no tenemos ninguna queja posible.

Por si esto fuera poco, se han arreglado las dos críticas más feroces al S6, incluyendo ahora un slot microSD que nunca debió irse y también una batería de mayor capacidad. El trabajo de Samsung con el Galaxy S7 ha sido el de pulir un smartphone ya de altura, y el experimento no podía salir mal en ningún caso.

¿A vosotros qué os parece, cumple las expectativas?

Panel QHD 1.440p en 5.1 pulgadas, la eterna discusión

Punto clave en el que no vamos a descubrir América en vasos de agua, pero en el que sí queremos romper claramente nuestra lanza en favor de una Samsung que tenía motivos más que suficientes para inclusión del panel SuperAMOLED QHD 1.440p en ambos tamaños de su nuevo buque insignia.

Es cierto que 576 y 534 píxeles por pulgada respectivamente para el S7 y el S7 Edge suponen una cifra mastodóntica de píxeles para gestionar y alimentar, con lo que esto supone en cuanto a pérdida de rendimiento hardware y autonomía.

Sin embargo, Samsung se ha planteado al Galaxy S7 no sólo como un smartphone, sino también como un centro de consumo multimedia que lo convierte en la base de expansión de la experiencia inmersiva con cámaras en tres dimensiones y gafas de realidad virtual.

En este sentido la declaración de intenciones no podía ser más clara, pues las gafas Samsung Gear VR acompañarán a todos los Galaxy S7 reservados antes de su lanzamiento, y son estas gafas de realidad virtual las que justifican sin duda el panel QHD.

Para el uso diario sobran píxeles, sí, pero en cuanto nos metemos en el mundo de las Gear VR lo cierto es que todavía se aprecian estos puntitos empeorando la experiencia de la realidad virtual en alta definición.

¿Es esta una justificación razonable para los 2.560 x 1.440 píxeles en 5.1 y 5.5 pulgadas?

USB Tipo-C y las excusas peregrinas

El conector microUSB v2.0 Tipo-B que Samsung ha mantenido en su nuevo buque insignia es probablemente el punto más discutible del terminal, pues del abanderado del mayor fabricante de smartphones del mundo se espera siempre lo mejor y más novedoso.

Sin embargo, el Galaxy S7 se queda sin las ventajas obvias de un conector USB Tipo-C que es reversible, y que además acompañado de la tecnología USB 3.1 permite más energía para conectar periféricos y transferencias de datos a velocidades muchos mayores.

¿Cómo lo justifica Samsung? Primero diciendo que no está demasiado industrializado y que hay que dejar que crezca la implantación del nuevo estándar. Pero... ¿cómo va a crecer el estándar si uno de los mejores smartphones Android no lo implementa?

En segundo lugar llegó la verdadera la razón, que no es otra que la compatibilidad del ecosistema de accesorios actual que Samsung tiene a la venta, con las gafas Gear VR a la cabeza que el gigante coreano va a regalar con el Galaxy S7. Sin embargo, esta no es más que una justificación peregrina, pues lo mismo sucederá dentro de un año con los accesorios del S7, que no valdrán para un hipotético S8 con USB Tipo-C.

Otra falla importante es que el puerto IR se ha caído, pero en este caso ha sido un sacrificio necesario que tiene que ver con la colocación del slot nanoSIM/microSD en la parte superior acompañando al micrófono de cancelación de ruido.

Lo que es seguro es que no puedes vender el smartphone perfecto, porque te costará vender los siguientes. ¿No os parece?

Los juegos ganan protagonismo

Hace un tiempo que el juego móvil se consideraba un mercado en crecimiento centrado sobre todo en el juego casual. Puede que esto sea verdad, pero hoy por hoy sólo es una parte de esa verdad, pues lo cierto es que los smartphones se han convertido ya en las consolas portátiles de nuestros días.

Con más potencia a cada generación y títulos de mayor calidad año tras año, es innegable que probablemente pronto sea el smartphone quien comande toda nuestra experiencia con los videojuegos.

Samsung lo ha visto y lo ha interiorizado, optimizando al nuevo Galaxy S7 para jugar con un nuevo modo lanzador de juegos y optimizaciones específicas para jugar con el smartphone. Entre las mejoras de Samsung se incluye un modo de ahorro energético rebajando los frames por segundo, una nueva configuración de la GPU que evitará sobrecalentamientos, y opciones de software tan interesantes como la captura de pantalla rápida o la grabación de gameplays.

La cámara fotográfica, el elemento estrella

Ya el año pasado veíamos a las cámaras fotográficas intentando convertirse en el gran caballo de batalla de los principales smartphones, que buscaban diferenciación con sus capacidades a la hora de tomar fotografías de calidad.

Todavía tenemos que analizar la cámara del Galaxy S7 en profundidad, pero las primeras pruebas al nuevo sensor que incorpora el Galaxy S7 no han podido ser mejores.

Su autoenfoque híbrido por detección de fase es impresionante, rapidísimo, y aunque la resolución decrezca hasta los 12 megapíxeles todos éstos son más grandes para recibir la mayor cantidad de luz posible en todo tipo de condiciones, una tecnología llamada Dual Pixel.

Por si esto fuera poco, la lente cuenta con una apertura máxima f/1.7 y un angular equivalente a 26 milímetros, probablemente las mejores cifras de todo el mercado smartphone.

Panorámicas en movimiento, un modo 'beauty' para auto-fotos, controles manuales en la toma y mucho más llegan con el software, sin duda un avance importante para un Galaxy S7 que estará sin duda en las quinielas entre los mejores smarthone fotográficos de 2016.

Los apartados multimedia han sido cuidados por Samsung, como vemos, en un intento por acercarse a la experiencia en este sentido de los Sony Xperia. ¿Buenas noticias, no?

Y por último, el precio, el debate inevitable

El nuevo Samsung Galaxy S7 conserva todo lo bueno del S6 y lo mejor en todos los sentidos buscando convertirse en un teléfono redondo. Nunca mejor dicho, pues su diseño es más redondeado que nunca desde aquel Galaxy S3 inspirado en cantos rodados.

A partir del día 11 de marzo hablarán el mercado y los usuarios, pero seguramente nadie va a negar a estas alturas que el S7 cuenta con todas las papeletas para comandar este año el catálogo Android desde bien pronto.

Quizás uno de sus hándicaps más importantes esté en su precio, 719 euros para el Galaxy S7 clásico y 819 euros para el S7 Edge, cifras elevadas que auparán al terminal como objeto de deseo codiciado, pero que lo alejarán de bolsillos interesados que no están dispuestos a pagar un sueldo por un teléfono móvil.

Sea como fuere, el precio está en sintonía con el mercado y competirá bien dadas sus posibilidades y construcción, aunque serán las ofertas y la financiación las que se llevarán seguro el grueso de ventas mientras su precio no empiece a caer.

Es cierto que nadie precisa gastar 800 euros para utilizar un móvil que asegure la mejor experiencia de usuario, pero tampoco nadie necesita un Ferrari de 200.000 para ir al trabajo y quien puede se lo compra. Y vosotros, ¿ya habéis preparado el dineral que cuesta un Galaxy S7?

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