Los smartphones llevan más de once años y medio con nosotros. Durante este tiempo, la tecnología ha tenido que ir creciendo en paralelo a las exigencias de un software progresivamente más ambicioso, tanto en la parte de los sistemas operativos como de las aplicaciones.
Antes, elegir un smartphone era una cuestión relativamente sencilla: si tenías dinero ibas a por la gama alta, donde las aplicaciones y los sistemas operativos del momento funcionaban como se esperaba, por no hablar de diseño u otras consideraciones hardaware. Y si no lo tenías, había que conformarse con modelos inferiores, donde la experiencia de uso era más deficiente. El precio definía lo que podías hacer con un terminal.
La evolución de la tecnología
En los últimos años, sin embargo, estamos asistiendo al proceso de democratización de la tecnología móvil. Es una evolución que recorta distancias y afecta a todo. Los procesadores, las pantallas, las baterías, las cámaras, los módems de comunicaciones, el diseño industrial o los sistemas de almacenamiento han llegado a un grado de madurez notable en su desarrollo.
Ahora, es posible ofrecer terminales adaptados de un modo muy progresivo y casi personalizado a cada tipo de usuario, tanto en tecnología como diseño o precio, con variantes sumamente granularizadas de cada familia de smartphones.
En este contexto, el ingrediente del éxito de fabricantes como realme, que ha hecho una entrada triunfal en el mercado, ha sido acompañar tecnología y precio de un modo honesto y proporcional. Cuenta con terminales donde los precios se escalonan a "saltos" de unos 30 o 40 euros, desde los 139 del realme C3 hasta los 279 del realme 6 de 8 GB + 128 GB.
Se trata de ir avanzando en capacidades de RAM y almacenamiento, diferente número de cámaras y angulares, rendimiento de procesadores, tamaños de pantalla, frecuencias de refresco, tipos de carga, capacidad de las baterías..., por no hablar de los aspectos relativos al diseño industrial y la estética.
Comprar sí, pero con inteligencia y sin prejuicios
Con esta proliferación de terminales y granularización de tecnologías, el usuario se enfrenta a un número elevado de posibles compras. Y ya no hay una relación directa entre precio y experiencia de uso.
Las gamas más altas de terminales, de hecho, tienen que argumentar sus mayores precios con tecnologías cada vez más elitistas y orientadas a usuarios entusiastas y early adopters. Esta audiencia necesita identificar un valor real en esos elementos diferenciales que justifiquen un desembolso mayor de dinero para tener la cámara más reciente o lo último en materiales para la carcasa, por ejemplo.
El rendimiento de un terminal de gama media de 219 euros, como el realme 6, está a la altura de, por ejemplo, un iPhone 8 de gama prémium. Eso sí, el realme 6 cuenta con tecnologías puestas al día en apartados como las múltiples cámaras, pantalla, procesador Helio G90T optimizado para gaming o carga rápida entre otras.
Comprar un terminal, hoy en día, ya no solo es una cuestión de gastar más o menos para obtener una experiencia de uso mejor o peor. O de adaptarse desde la resignación a un presupuesto limitado como el que suelen manejar los jóvenes.
Se trata de actuar con inteligencia en busca de la compra óptima para el uso que vayamos a hacer del terminal, tanto si tenemos un presupuesto elevado como modesto. Y elegir los terminales sin prejuicios, por supuesto. Es cuestión de elegir desafectadamente la mejor propuesta a partir del análisis de los modelos que los fabricantes ponen a nuestro alcance.
El caso de realme
En la gama media de terminales, realme ha conseguido colarse con decisión entre los fabricantes con más aceptación entre los compradores de smartphones. Concretamente, se ha situado en el top 5 de ventas en España y en el top 3 de ventas online, el canal preferido por un buen número de jóvenes que representan una de las audiencias más comprometidas con las compras inteligentes.
Entre otras cosas, los jóvenes son conscientes de que son ellos los que confieren a las marcas su imagen de marca, cuando eligen un terminal antes que otro. Por su parte, realme es una empresa de reciente creación que carece de lastres heredados.
Su estrategia de lanzamientos, de hecho, no está alineada con una cronología de lanzamientos férrea. Por el contrario, se basa en la adopción de tecnologías relevantes cuando llegan a un estado de madurez suficiente como para ofrecer una experiencia de usuario diferenciadora sin que suponga un incremento del coste significativo.
La rapidez es la clave
El realme 6, sin ir más lejos, es un buen ejemplo de esta filosofía. En un precio de 219 euros para su modelo de 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento UFS 2.1, integra pantalla con tasa de refresco de 90 Hz y carga rápida de 30 W para una batería de 4.300 mAh. Llevar estas dos tecnologías a la gama media es por sí solo un logro importante.
Y hacerlo con rapidez es clave para diferenciarse de otros fabricantes y satisfacer a los usuarios que quieren disfrutar de las últimas tecnologías a precios que encajen en sus aspiraciones.
Además, no descuida otros apartados, como el de la cámara, con súper gran angular y gran angular de 64 Mpx junto con macro y captor monocromo o vídeo 4K. Ni la interfaz, con capa personalizada realme UI sobre Android 10. Además, el diseño industrial está cuidado en apartados como la relación entre la pantalla y los marcos de más del 90 por ciento.
La adopción de tendencias que ejemplifica el realme 6 también se encuentra en otros terminales, como el realme 6i o el realme C3, aun a pesar de ofrecer precios inferiores a los del realme 6. Son terminales dimensionados para usuarios menos exigentes que los potenciales del realme 6, pero ajustando lo que ofrecen al precio.
El objetivo es que el usuario esté satisfecho con su compra, sin crear expectativas que no se puedan cumplir, y dejando claro qué es lo que sí pueden hacer de un modo realista.
Una audiencia exigente pero agradecida
Los más jóvenes son usuarios que se mueven con agilidad en la web y las redes sociales en busca de información y opiniones cuando necesitan un producto o un servicio. Antes de formalizar una compra investigan, preguntan, leen y comparan.
Son fieles a los buenos productos y a las compras inteligentes que responden a lo esperado. Las marcas pueden confundir esa fidelidad con fidelidad hacia ellas. Si descuidan los aspectos tecnológicos, de diseño y los posicionamientos de precio proporcionales, estarán perdiendo clientela en favor de otros fabricantes que lo hagan mejor.
Solo así se entiende el crecimiento de marcas prácticamente recién llegadas como realme. Los último modelos del fabricante acaban de aterrizar y apuntan maneras a la vista de su equilibrada oferta de tecnologías actuales, diseño y precio. El realme 6 está a la venta desde el 6 de abril y los realme 6i y realme C3, desde el 24 de abril en realme.com y en todos los distribuidores oficiales, como Amazon, Fnac, MediaMarkt, PcComponentes y PhoneHouse, entre otros.
