Huawei Mate S, toma de contacto: el gigante que se hizo pragmático

Huawei Mate S, toma de contacto: el gigante que se hizo pragmático

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Huawei Mate S, toma de contacto: el gigante que se hizo pragmático

Huawei ha tenido su cita en la IFA 2015, presentando oficialmente al esperado Mate S. Un teléfono que toma el relevo del Mate 7, con una pantalla algo más contenida, que se mantiene en el segmento phablet esta vez por su cota inferior.

Después de probar durante unas horas sus características más novedosas, te traemos unas primeras impresiones desde Berlín de este terminal que se reduce a las 5.5 pulgadas de diagonal y no con pocas novedades.

El Mate S es una gran evolución sobre el Mate 7, aunque se distancie del concepto. Salta a la vista en cuanto los comparamos. Huawei ha tomado decisiones entre una versión y la siguiente, dejando a un lado el gran formato de seis pulgadas. El resultado es un teléfono que sienta mucho mejor en la mano, más manejable y ligero. Muy ligero.

Un vistazo a…
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Un diseño perfeccionado

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En el diseño vemos que el fabricante ha tocado bastantes cosas. La primera de ella y que salta más a la vista, además de su tamaño, es la curvatura del cristal frontal tipo 2.5D, que lo hace mucho más atractivo y le da personalidad.

El altavoz baja a la parte de abajo. Con las perforaciones en la parte inferior (de frente: izquierda micrófono y derecha altavoces), dejan de lado reposicionar la salida de audio minijack a la parte inferior como están haciendo ya algunas marcas. Suena considerablemente fuerte y dado que los orificios son grandes, los graves arrojan un sonido agradable.

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En su parte trasera la curva ayuda a que, aunque las 5.5 pulgadas no son el tamaño más manejable, el agarre mejore. Un detalle que no nos gusta es el marco que rodea a la pantalla, para intentar ‘engañar’ visualmente, haciendo ver que hay unos marcos más pequeños de lo que en realidad son. En el modelo con frontal blanco (Mystique Champagne, en nuestro caso) la sensación se rompe en cuanto se enciende la pantalla.

Kirin 935, es lo que hay

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Atrás quedan los rumores de una posible inclusión de los nuevos Kirin 950. Nada de la nueva generación HiSilicon, nada de sus 14 nanómetros, su Cortex A72 o su soporte a LPDDR4 entre otras cosas. Aunque estaban programados para lanzamiento a finales de año (hacia el que nos dirigimos), parece que Huawei se ha visto obligado a retrasarlo.

En su lugar vemos a al Kirin 935 —el mismo que vemos en el Honor 7—, una versión Octa core en big.LITTLE en A53 y A57 a 1.5 y 2.4 GHz respectivamente, acompañado de 3 gigas de RAM en todas las versiones, que parten de los 32 GB (y con slot para microSD, dato importante para muchos).

En cuanto al rendimiento no mucho que decir que destaque sobre el resto de teléfonos gama alta actualmente. Es muy bueno, se nota la mejora bastante sobre la base del año pasado (sobre todo por que se elimina ese lag sobre el panel táctil que se hacía molesto, o al menos se reduce en gran medida). Eso sí, se resiente a pesar de los 3GB de RAM cuando apretamos a la multitarea: no hay sorpresas, es habitual.

Mate S Mate 7 (2 GB)
Geekbench 3 Single-core: 946
Multi-core: 3.892
Single-core: 895
Multi-core: 3.252
3DMark IS Unlimited 12.369 13.814
Antutu 53.499 42.892

La pantalla también mejora. Sobre todo en algo que me resulta especialmente molesto en los teléfonos recientes: la pérdida de contraste con el ángulo de visión. En el Mate S los negros se mantienen mucho más negros cuando inclinamos el teléfono, incluso si lo llevamos al extremo o lo ponemos en diagonal (donde más suelen sufrir).

Además, desaparecen las líneas horizontales de la pantalla (propias de los paneles JDI, como el del Nexus 5) y diría que el brillo máximo es superior. Las pantallas de Huawei suelen venir calibradas muy cálidas, lo que hace que frente a otras LCD amarilleen. Aunque se puede corregir rápidamente desde los propios ajustes.

Actualización: Actualización: el Mate S incorpora una pantalla de tecnología Amoled, con matriz de puntos PenTile. A diferencia de otros dispositivos como el Note 3 (similar tamaño y resolución) donde sí se aprecia fácilmente esta distribución de subpíxels, en este nos ha costado realmente verlo. Habrá que estar atento a una cosa: el consumo de la pantalla, debido su alto brillo, con una batería que no es grande dado el tamaño del teléfono.

Este sensor de huellas hace algo más que identificarte

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Sin duda una de las grandes novedades de este Mate S. Nos permite desbloquear el teléfono y, sí, es mucho más rápido. Huawei dice que hasta el doble, y el doble de preciso. En las pocas decenas de veces que lo he usado, diría que no mienten. Funciona excepcionalmente bien. Y ojo, no le importa el ángulo con el que toques el sensor, como si lo tocas apuntando hacia abajo.

Pero eso es incremental sobre lo que ya sabíamos. En el Mate S tenemos también una serie de funciones asociadas a este sensor, como pasar imágenes en una galería deslizando el dedo sobre él o bajar la barra de notificaciones y descartarlas si queremos.

Otro punto curioso (quizás interesante o práctico no son las palabras, al menos por ahora) de este Huawei es la posibilidad de usar los nudillos para interactuar con él, como si fueran un S Pen. A esto, que llaman Knuckle Sense en su versión 2.0, le han encontrado utilidades como las de recortar imágenes y vídeos (bajo la premisa de que los nudillos tienen más precisión —por un área de contacto menor— que los dedos) o la de lanzar aplicaciones.

Los movimientos desde el sensor sí son útiles, prácticos y muy intuitivos. Knuckle Sense... ya no tanto.

Esto último se hace dibujando una letra (que está previamente asignada a una aplicación, vienen algunas de serie) en el escritorio con el nudillo, y lanza la aplicación asociada. También funciona con el teléfono bloqueado, aunque el retraso es mayor y toca desbloquearlo en caso de que lo tengamos protegido (que, es lo obvio puesto que tenemos un sensor de huellas potente aquí). Eso sí, (todavía) es algo errático y lento en su uso.

Esta cámara sí

Img 20150902 191345

La cámara es otro de esos elementos que me ha sorprendido, gratamente. A pesar de sus 13 megapíxels, que hoy podríamos decir que son ‘pocos’ en un teléfono (por ejemplo Sony se tiraba hoy a la piscina con 23 en su línea Z5), el sensor se porta bien. Matriz RGBW, estabilizador óptico, y protección de zafiro con un enfoque que no compite por ser el más rápido pero que no suele fallar.

En las pruebas que hemos realizado da la sensación que realiza algún tipo de HDR ligero aunque esté por defecto y aún desactivado, tomando unos instantes adicionales para sacar las capturas (podemos decir que es algo lenta aquí) y, eso sí, rescatando mucho más rango dinámico del que cabría esperar. Como resultado, se obtienen unas imágenes más vivas y coloridas.

Huawei incluye un modo Profesional en la cámara con el que podemos modificar al gusto características de la cámara: tiempo de exposición o ISO los principales, pero hay más ajustes que se pueden modificar de forma sencilla.

El enfoque próximo también sorprende por cercano, y el desenfoque que genera es bueno, por lo que hay diversión asegurada en fotografía macro con este teléfono. Os dejamos con unas cuantas muestras para que juzguéis por vosotros mismos.

Los puntos flojos en el cambio de filosofía

Al igual que sucedió con el Galaxy Note 5, parecía que la razón de ser del Mate era ser ambicioso. Aquí se pierde parte de esa ambición también. Sobre todo en dos puntos: batería y procesador. 2.700 mAh parecen pocos frente a los 4.100 del Mate 7, que también era bastante más grande, grueso y pesado (¿he dicho ya que el Mate S se siente muy ligero?). Toca probar ahora cómo se porta en el apartado de la autonomía, y si no perjudica este recorte de batería.

Y el Kirin 935 sabe a poco, aunque en principio se porta bien, frente a un 940 o 950 de arquitectura nueva y más eficiente (14 nanómetros) que parecía que podíamos ver, y con GPU nueva y no una de hace algo más de dos años como es la Mali T628 (y esto le hace sudar en los tests gráficos, y por ende los juegos).

En cambio, Huawei se centra en puntos más prácticos al uso (no todo es la guerra de specs, oiga) como un modo Pro en la cámara o muchas funciones añadidas por software. Pasando, cómo no, por el Force Touch que no hemos podido probar todavía y sólo se incluye en la versión que llegará más adelante, con 128 GB de memoria interna. Eso sí, dejando una EMUI 3.1 idéntica a la que conocíamos, cuando se agradecería un lavado de cara en algunos aspectos.

En Xataka | Honor 7, primeras impresiones

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