Antes de que existiera Android los smartphones que había en el mercado (si es que a eso se le puede llamar smartphones hoy en día) duraban unos dos años. El ciclo de vida de diseñar, producir y ajustar el software era largo y los fabricantes querían exprimirlo a tope. Sin embargo eso ha cambiado en los últimos años.
Ahora, con Android, cada pocos meses sale un móvil más potente que el anterior, con nuevas funcionalidades y la última carga del sistema operativo. Los tiempos desde que sale una nueva versión de Android hasta que tenemos nuevo terminal que lo soporte es muy baja, algo impensable hace unos años.
¿Dónde está la clave? En la libertad que proporciona Android. Los fabricantes de móviles no tienen que tener un equipo de ingenieros creando un sistema operativo para los móviles, sino que pueden concentrarse en desarrollar el hardware lo más rápidamente posible y cargarle Android y comprobar que todo funciona bien.
Bueno, ¿y qué hay del hardware? Pues una vez entrados en la espiral de sacar móviles rápidamente los fabricantes de teléfonos han dejado de fabricar sus chipsets y están usando los de Qualcomm, que directamente vienen optimizados para Android. Fabricar un móvil consiste, por lo tanto, en juntar las piezas de hardware que fabrican otros, hacer un diseño y probar que todo funciona bien. El tiempo al mercado se reduce considerablemente.
A todo este fenómeno se le está llamando la "ley de Android", por la similitud con la "ley de Moore" que en los años 60 predijo que el nivel de integración de los chips se doblaba cada dos años y que todavía se cumple. La "ley de Android" no proporciona una cifra, pero lo que sí ha hecho es cambiar este mercado. Cada pocos meses estamos oyendo hablar del último móvil revolucionario, con mejores especificaciones, cosa que hace unos años no era habitual.
Vía | CNN Money En Xataka Android | Android ya es el sistema operativo móvil más vendido
