Necesitaba una tablet y miré en la segunda mano. No sé si volveré a comprar un producto nuevo

  • He conseguido la tablet perfecta por 350 euros menos que su precio oficial, unos 250 menos que en tiendas

  • No tiene garantía oficial, pero estéticamente está perfecta y tiene hasta las pegatinas de los laterales

Estos últimos días se me encargó una misión: comprar una tablet Android con la mejor pantalla posible, una gran diagonal y un estado razonable. Va a ser para un uso muy concreto y tanto la calidad como el tamaño de la pantalla es crucial. Si tiene potencia, mejor que mejor, pero la pantalla era lo más importante.

Miré en el mercado de productos nuevos y, además de que los precios eran altísimos, la ideal tenía ya unos añitos -la Galaxy Tab S7 FE- y se escapaba del presupuesto. Así que, me lancé al mercado de la segunda mano y, como se suele decir: fui buscando plata y encontré oro. De hecho, para mi uso, no sé si volveré a comprar un producto nuevo.

Producto reacondicionado vs segunda mano

No he descubierto ahora el mercado de la segunda mano. Llevo años comprando cámaras y objetivos por internet y, siempre que te asegures del estado, la experiencia ha sido positiva. También he comprado consolas y móviles para mi colección y aquí suelo ser menos exigente porque sé que son dispositivos que no voy a usar demasiado, por lo que si tienen algún desperfecto, siempre que el precio acompañe, no me importa.

Sin embargo, nunca había comprado un móvil o tablet seminuevo para el día a día. Vale, la tablet no es para mí, pero evidentemente quiero que la persona que la va a tener disfrute de la mejor experiencia, que no tenga muchos arañazos, golpes o algún fallo importante que afecte a la experiencia.

Empecé a buscar en aplicaciones de segunda mano, en tiendas de productos seminuevos, en cadenas que venden tanto nuevos como de segunda mano y reacondicionados y, precisamente, quiero tratar brevemente el punto de los reacondicionados frente a la segunda mano, ya que no es lo mismo.

Para explicarlo fácilmente, un producto de segunda mano es como si yo hoy pongo mi Vivo X80 Pro (casi nuevo, pero con un par de arañazos del uso en la pantalla) en Wallapop, eBay o lo vendo a una tienda de segunda mano. Ese producto llegará a otra persona tal cual lo haya dejado.

Que traiga las pegatinas laterales es algo que me sorprendió. Parece que ni se llegó a usar.

Sin embargo, un producto reacondicionado pasa o por el fabricante o por una cadena que realiza ese proceso de puesta a punto. Normalmente, se cambian baterías, puede que carcasas o pantalla y se arregle algún fallo de hardware que pueda presentar. No son productos nuevos, pero tienen una garantía y hay un trabajo detrás, no es el móvil o tablet “tal cual” sale de manos de un usuario.

Un móvil de segunda mano suele venir de un usuario anterior, uno reacondicionado puede venir de un usuario, pero también de un lote con desperfectos en el embalaje (estando el dispositivo completamente nuevo), móviles de exposición o casos así. Hay comercios que los venden, tiendas especializadas en reacondicionados y fabricantes que los venden directamente. Apple, por ejemplo.

Puedes perder el placer de desprecintarlo, pero en mi caso la Galaxy Tab S7 FE estaba hasta con pegatinas

La trasera también está impoluta.

Hecha esta pequeña aclaración, y descartado el mercado de productos nuevos por los precios en los que nos movemos actualmente, entré en apps de segunda mano y tiendas de mi ciudad. No me convencía nada hasta que vi una Galaxy Tab S7 FE de 128 GB por 339 euros en un escaparate.

Pasé de largo y seguí mirando opciones, pero estaba claro que era una candidata, y al final fui a por ella al día siguiente. Para que te hagas una idea, el precio en la tienda de Samsung es de 699 euros, en Amazon está por 578 euros y en PC Componentes por 589 euros. Todas son la versión wifi con 128 GB.

Evidentemente, antes de preguntar por ella cotejé los precios del producto nuevo y te confieso que empecé a pensar “debe estar destrozada para costar 300 euros menos”, pero bueno, pasé y pregunté si podía verla.

Encendí la pantalla, pero ya tenía claro que me la iba a llevar: ni un arañazo (solo dos mínimas marcas en uno de los marcos del frontal, casi inapreciables), la trasera impoluta, caja original con accesorios (hasta el S-Pen) e incluso los plásticos que Samsung adhiere a los laterales de sus productos.

Viene con el cargador básico y el S-Pen.

Automáticamente, pregunté que si sabían de dónde venía la tablet y me contestaron que la acababa de traer un cliente de confianza y que cuando están en este estado suelen ser regalos que no se quieren, regalos de empresa, promociones de bancos y esas cosas. Realmente me daba igual porque me la iba a llevar, estaba como nueva.

Y lo cierto es que me parece una ganga ya no por el estado, sino porque con el mercado actual, 339 euros por este modelo me parece un precio de derribo. Vale, tiene el Snapdragon 750G, pero sigue aguantando con prácticamente cualquier aplicación.

Cuenta con 128 GB internos, el diseño es excelente y lo más importante es que la pantalla tiene 12,4” con una resolución de 2.560 x 1.600 píxeles. Sigue siendo una genial tablet todoterreno e ideal si quieres una pantalla grandota, pero lo mejor es que me ha enseñado una lección.

Al tener una diagonal tan generosa, la pantalla partida es un placer.

Y es que, solía pasar por tiendas sin prestar demasiado interés por los móviles y tablets seminuevos del escaparate, pero ahora, realmente, no sé si volveré a comprar un producto nuevo a no ser que lo necesite por algún motivo muy concreto.

Tal y como están las cosas con el precio de la luz o el gas, por no hablar de la lista de la compra, es normal que suban las ventas de productos reacondicionados, pero es que estas tiendas de seminuevos también tienen su punto, y me lo han demostrado. No sé si realmente sabían lo que estaban vendiendo porque no son especialistas en esos dispositivos, pero no es mi problema.

La garantía es importante: pregunta en tienda, pregunta al particular y echa un ojo al IMEI

Pantalla enorme y con buenos colores, lo que buscaba.

Ahora bien, no hay que menospreciar algo tan importante como la garantía. Y es que, es algo a lo que puedes no prestar mucha atención, pero que cuando se necesita, viene genial (que me lo digan a mí con mis Xbox 360 en su día).

En un producto de segunda mano, la garantía del fabricante es… la que quede. Es decir, si hoy compro un iPhone 14 Pro, sé que le queda un tiempo de garantía y, aunque siempre es bueno preguntar al vendedor si tiene el ticket de compra con la fecha, realmente con Apple es fácil porque podemos gestionarlo con el IMEI.

Si compras un Galaxy S10e porque te encanta que sea tan compacto, evidentemente no tendrás garantía de ningún tipo. En las tiendas de segunda mano suelen dar un año de garantía para problemas de hardware, pero realmente tendrás que ‘pelear’ para que reconozcan que es un fallo de hardware y no un mal uso por tu parte, pero las de reacondicionados son algo mejores en este sentido.

Esto también es importante de cara a comprar un dispositivo de segunda mano porque, por lo que sea, siempre puede fallar algo y estar cubierto por una mínima garantía es lo ideal. Pero bueno, en definitiva, me ha sorprendido encontrar un producto seminuevo no solo a ese precio, sino en ese estado, tanto que ha cambiado mi visión sobre el mercado de segunda mano para uso personal.

Si has tenido alguna experiencia similar, estaré encantado de leerlo en los comentarios.

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