Aunque la consola de nuestro coche es compatible con Android Auto y Carplay, siempre opto por Android Auto porque hay cuatro cosas importantes en las que mejor al sistema de infoentretenimiento de Apple. Y no acaban aquí las elecciones: aunque puedo usar Android Auto con o sin cables, siempre elijo la conexión cableada entre el móvil y el coche para usar Android Auto. Estas son mis razones.
¿Qué tipo de conductor eres?
Lo primero de todo, las presentaciones. Si tu coche tiene Android Auto y es compatible con el modo inalámbrico, puede que te hayas planteado qué es mejor y la realidad es que no hay una respuesta universal que sirva para todo el mundo. Depende tanto de tus gustos como de tus necesidades.
En mi caso, normalmente vivo en Madrid y aquí siempre tiro de transporte público, por lo que el coche queda aparcado durante semanas en un mismo lugar. ¿Cuándo uso el coche entonces? La mayoría de las veces, para viajar desde Madrid a Pamplona y viceversa semana sí - semana no, así como para alguna que otra escapada vacacional. Cuando estoy en Pamplona lo normal es que me mueva a pie salvo excepciones contadas.
Teniendo esto en cuenta, podría considerarse que soy una conductora ocasional de trayectos largos. Habrá gente que por el contrario prácticamente la mayoría de sus viajes en coche sean para rutas cortas y otras personas que cojan el coche para todo.
¿Android Auto con cable? Sí, por favor
Este punto es importante para explicar por qué prefiero Android Auto con cable. La primera razón tiene que ver con la batería, pero ya os adelanto que no es ni mucho menos la más importante: cuando me monto en el coche sé que como mínimo mi trayecto va a durar cuatro horas, por lo que si optase por la conexión inalámbrica, mi móvil llegaría al final de ruta justísimo de batería... si es que llega. Conectándolo con cable, el teléfono se va cargando mientras proyecta Android Auto y llega al destino al 100%.
La siguiente razón tiene que ver con la fiabilidad y los errores. A lo largo del trayecto atravieso zonas rurales, puertos de montaña y túneles, momentos en los que el GPS del teléfono sufre y los hitos de la carretera que van sucediendo reflejarse, primero en el dispositivo y luego en la pantalla, no de la mejor manera: así, a veces la imagen se queda pegada o con retraso. Incluso puede pasar que el aviso de radar llegue demasiado tarde. Si además cambio la fiabilidad del cable por la transmisión por el aire, añado más posibilidades de que haya retrasos
Y no hace falta irse tan lejos: incluso en algún que otro paso subterráneo de la M-30 el avance de la ruta se detiene. Resumiendo, no voy a evitar los problemas del GPS, pero sí reduzco considerablemente interferencias y fallos de conexión.
El peaje a pagar en cualquier caso es tener un cable pululando por el frontal de mi coche, en la zona de la palanca de cambio, lo que además de ser una molestia puede suponer un riesgo. En mi caso lo he resuelto con un cable corto y buscarle un lugar al teléfono para que no se mueva, no obstaculice ni esté a la vista. En nuestro caso, bajo los mandos del climatizador. Y si queremos realizar cualquier gestión en el móvil lo suyo es hacerlo antes de arrancar, que lo haga la copiloto o si es una urgencia, detenernos.
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