En mi día a día, mi teléfono me sirve para muchas cosas (de hecho, diría que la función primigenia de llamar es lo que menos hago), pero cuando estoy de viaje directamente se torna en imprescindible. Y ya cuando voy a un sitio tan diferente como China, marca la diferencia en todo: transporte público, excursiones para conocer el entorno compras y hasta conversaciones porque servidora habla cuatro palabras en chino y no es común encontrar a personas autóctonas que se defiendan con el inglés: he ido a China y mi móvil me ha ayudado a no perderme, compras, comunicación y mucho más.
Lo primero de todo: Google Maps sin conexión
Aquí en China no hay roaming que valga e incluso con una tarjeta eSIM de vez en cuando sufro caídas y lentitud. Teniendo en cuenta que lingüísticamente no vamos a entendernos, que tampoco entiendo la cartelería y que ni siquiera puedo usar Uber como último recurso (aquí tienen algo parecido llamado DiDi), no me la jugué y directamente aposté por descargar el área de Shenzhen en mi cuenta de Google Maps, lo que me ha permitido usarlo independientemente de cómo fuera mi cobertura o incluso con el otro móvil que me he llevado de viaje, sin tarjeta SIM.
Descargar mapas con Google Maps es tan sencillo como abrir la aplicación, tocar sobre nuestra foto de perfil y en 'Mapas sin conexión' > 'Seleccionar tu propio mapa'. Después solo he tenido que delimitar un cuadro que abarque Shenzhen y alrededores (cuanto más grande, más megas ocupa, pero en cualquier caso no es un tamaño desmesurado:
Así, independientemente de cualquier circunstancia y siempre que lleve un móvil encima con batería suficiente como para encenderse y funcionar, tengo acceso a un mapa de lo más completo para saber dónde estoy y cómo llegar a mi destino
El traductor de Google para hacerme entender
El traductor de Google no es algo que use con mucha frecuencia en mi día a día, entre otras cosas porque para mi aprendizaje de euskera prefiero otras aplicaciones como Elhuyar (el diccionario vasco por excelencia) o Itzuli, de hecho no tengo ni la aplicación instalada en mi móvil personal (un iPhone). Pero para mi viaje a China tener el traductor de Google ha sido providencial.
Sí, tener el traductor de Google en el móvil es importante, pero antes de salir de viaje y para estar preparada lo suyo es descargar idioma, algo que hice antes de salir de Madrid. Así nos curamos en salud ante mala cobertura, ausencia de Wi-Fi y otros percances. Con la aplicación abierta, vamos a la zona inferior, donde pone 'Traducir al' y allí localizamos el idioma en cuestión (en mi caso, chino simplificado) y ya tocamos sobre el icono de descargar. Finalmente, confirmamos y tocamos nuevamente en 'Descargar'.
A lo largo de mi viaje me he encontrado con palabras y letreros en chino para los que Google Translate no me ha servido en tanto en cuanto no podía escribirlos, pero donde sí que me ha sido útil ha sido para poder escribir algo en castellano y traducirlo al instante. Así, puedo enseñar la pantalla para que la gente oriunda sepa qué quiero decir y yo puedo ver cómo se pronuncia algo, tanto leyéndolo como tocando sobre el icono del altavoz para que Google Translate lo pronuncie por mi.
Google Lens para leer letreros
Allí donde Google Translate no puede ayudarme, porque no puedo meter los caracteres chinos en el móvil, Google Lens acude al rescate. Basta con abrir la aplicación, tocar sobre la opción de 'Traducir' y apuntar al cartel en chino: puede ser en una tienda, como las imágenes del ejemplo, pero también en las cartas de restaurantes, carteles del transporte público o los que me encuentro por la calle.
Ni siquiera hace falta preocuparse por elegir el idioma, ya que Google lo detecta automáticamente por ti (aunque si le cuesta, puedes echarle una mano eligiéndolo tú). En las tiendas hasta me traducía los mensajes serigrafiados en las camisetas.
Portada | Propia
En Xataka Android | 14 cosas que puedes hacer con Google Lens para exprimirlo al máximo en tu día a día
Ver 1 comentarios