Con calma y a su ritmo, siguiendo su propio calendario y sin enfrentarse directamente a los grandes rivales del mercado de smartphones. Esta es al estrategia que ha llevado a Huawei a convertirse en el tercer vendedor de móviles en todo el mundo, especialmente gracias a su propagación por los mercados internacionales.
No es cosa de un solo terminal, lo ha logrado copando todos segmentos, empezando por abajo y subiendo hacia arriba poco a poco. Pero las series P y Mate han sido determinantes para despojarse de la etiqueta de chino barato y construirse una imagen de marca atractiva para el usuario medio.
Sin embargo, ya lo pudimos ver en los análisis del Huawei P8, hasta ahora ha hecho grandes terminales en los que siguen faltando algunos detalles para estar compitiendo en la cima, y no precisamente por precio de lanzamiento. ¿Lo conseguirán los modelos Huawei P9 y P9 Plus que acabamos de conocer? ¿Siguen por el buen camino? Sí y no.
Necesidad de diversificación
Una de las claves del éxito de 2015, quizá la más importante de todas, fue la diversificación agarrada a un mismo nombre. No fue solo el modelo principal, el P8 Max y sobre todo el P8 Lite fueron capaces de pescar en dos caladeros tan distintos como son el de los phablet y el de la gama media pura.
Ese es el punto de partida de la nueva edición 2016. Por el momento hemos conocido la versión central y una versión ampliada que cambia la coletilla de Max por la de Plus. Una decisión que resta personalidad a cambio de entrar en el redil que marca la moda.
Sin embargo, este año hay más cambios para justificar un poco más la existencia de distintos modelos. Si en la línea 8 la gran diferencia era el tamaño de la pantalla (junto a la batería), con la reducción de 5,7 pulgadas a 5,5 pulgadas del modelo superior, ese factor ha pasado a un segundo plano. Sin embargo, los compradores podrán fijarse en que, partiendo en ambos casos de resolución FullHD, el P9 monta panel IPS mientras que el P9 Plus viene con Super AMOLED.
Como sabemos que los números brutos siguen tirando, en los modelos de 2016 también hay una diferencia de RAM, ya que el modelo estándar llega con 3GB y el grande con 4GB (hay una versión del P9 con 4G de RAM que no llegará a Europa). Seguramente no sea muy determinante para su rendimiento porque ambos se mueven con el nuevo procesador Kirin 955 de Hilicon, pero funciona como elemento promocional diferenciador.
Aun no ha sido anunciado, pero ya hay rumores que nos dicen por dónde va a ir el tercero en cuestión, el supuesto Huawei P9 Lite. Si las filtraciones están en lo cierto, estaríamos hablando de un smartphone más grande y con mejores prestaciones que las que tenía la versión simplificada del P8.
Exclusividad, propia y de licencias
Poco se está hablando de este hito, pero Huawei ha logrado establecer su propio ecosistema de producto casi con tanta fuerza como la de los otros dos gigantes a los que persigue desde las sombras, Samsung y Apple.
Nos hartamos de repetir lo saturado que está el mercado de smartphones, especialmente en las gamas baja y media. Y lo demostramos poniendo frente a frente smartphones que son casi idénticos en diseño, que montan las mismas piezas de hardware y que corren las mismas aplicaciones. El resultado será mejor o peor, las primeras pruebas dicen que es positivo, pero Huawei puede promocionar sus procesadores Kirin como una alternativa a Qualcomm y MediaTek como se hace con los Exynos.
Aunque a este respecto el mayor potencial lo tiene en su acuerdo de colaboración con Leica para las cámaras. Mientras todos se pelean por trabajar con Sony, este viejo fabricante chino se va al otro lado del mundo para conseguir la firma de unas óptimas más prestigiosas de Alemania.
Como nos ha explicado Kote Puerto en su repaso detallado a la cámara doble del Huawei P9, no es un acuerdo de suministro, es decir, Leica no fabrica ningún componente ya que es solo una certificación. Sin embargo, se supone que garantiza unos estándares de calidad que apenas Panasonic ha conseguido.
Por último, un aspecto del que prácticamente no se ha hablado en la presentación y que podría haber tenido bastante repercusión, la tecnología TouchPlus del modelo ampliado. Esta pantalla sensible a la presión solo reconoce dos niveles frente a los tres de la competencia y seguimos sin haberle encontrado mucho uso, pero son pocos los rivales que lo llevan.
¿Será suficiente para contrarrestar sus flaquezas?
La primera valoración tras conocer a ciencia cierta la nueva serie P9 es clara: va a seguir por el mismo camino que tan buen resultado ha dado hasta el momento. Con una diferencia, ya no es tan barato.
Huawei no parece tener ningún miedo a seguir por esta segunda fila de la gama alta. Una línea de diseño aun más cuidada, más extras como la cámara doble, el lector de huella o el sensor de presión en la pantalla y los elementos exclusivos firmados por compañías de calidad contrastada siguen construyendo un núcleo de gama alta.
Desde luego que se han quedado lejos de los grandes líderes en aspectos como la pantalla o la certificación de resistencia, y todavía hay que probar a fondo esa combinación entre Kirin y Emotion UI para ratificar que ofrecen el rendimiento que se necesita.
Por último queda el factor precio de lanzamiento, en el que ha habido una clara pérdida de competividad. Huawei ha subido 100 euros del P8 al P9 y 200 euros del P8 Max al P9 Plus, incluso con menos pulgadas. Gran parte del éxito de estos últimos años era haberse hecho una imagen de producto de calidad sin llegar a los precios de los Samsung o Sony, lo que llevaba a algunos compradores a escogerlo por ser el más asequible del listado estándar de la gama alta. Ese efecto va a desaparecer casi por completo.
Por el momento no puedo valorar si está justificado por el coste de fabricación, pero la compañía china puede acabar pagando este exceso de confianza. Veremos si el resto de mejoras son capaces de amortiguar el golpe.
Primeras impresión con el Huawei P9 en vídeo
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