Compré mi baliza V16 conectada hace casi un año y la conservaba en el coche, lista para cuando fuese obligatoria el próximo enero de 2026. Dado que tiene una SIM con conectividad garantizada hasta 2038, pensé: ¿qué pasaría si la desmontase para colocarla en mi móvil? Sonaba bien en mi cabeza, no tanto en la realidad.
Spoiler: terminé cargándome la baliza.
Una baliza, una SIM. La DGT puso unas condiciones muy concretas y estrictas para homologar cualquier baliza V16 conectada. En el plano de esa conexión, los operadores que dan servicio deben garantizar que el dispositivo puede conectarse en cualquier momento a la red, durante doce años y sin que suponga un coste para el dueño de la baliza. Este servicio lo da una SIM.
Desmonté una baliza v16 conectada, por la ciencia
Por un lado, tenemos una SIM con datos «ilimitados y gratuitos». Por el otro lado, la opción de sacar esa SIM de la baliza y meterla en el móvil. Sobre el papel parece funcionar, en la práctica he comprobado que no lo hace. Y por diversos motivos.
Desmontando una baliza. Si también tienes esta duda estoy aquí para aclarártela. Para ello no solo desmonté una baliza V16, también pregunté a los operadores sobre qué medidas de seguridad garantizan que nadie pueda utilizar la SIM fuera del dispositivo original.
Tras quitarle los tornillos a la mía, y retirarle dos puntos de soldadura que protegían el acceso a la placa (de rebote me cargué la baliza), descubrí que no existe una tarjeta SIM como la que podríamos encontrar en un teléfono. No aparece un zócalo, todo es un circuito con diferentes componentes anclados a la citada placa.
Placas base de balizas fabricadas por Kepar. Imagen de Ángel Gaitán
Es imposible aprovechar nada de la circuitería de una baliza en el móvil. Al menos por alguien que no tenga conocimientos avanzados de electrónica y seguridad. En este vídeo de Ángel Gaitán se aprecia cómo se fabrican las balizas y cuál es el aspecto de la placa donde se insertan todos los componentes. Mi gozo en un pozo.
Un sistema de triple protección. La conexión de una baliza está protegida contra usos indebidos. El sistema es tanto físico como informático. Como me confirmaron los operadores que comercializan las tarjetas SIM en las balizas V16 conectadas, la protección conlleva tras pasos principales.
- Como descubrí a las malas, y se ve en el vídeo de Gaitán, las tarjetas están soldadas a la placa de la baliza para evitar ser extraídas. Por regulación de la DGT, los fabricantes utilizan sim-on-chip industriales (SIM MFF2), una tarjeta integrada en la circuitería de la placa. Con ello se impide el acceso a la tarjeta y que la baliza pueda aguantar en mejor medida los doce años garantizados de uso.
- La SIM integrada no tiene acceso a Internet, solo permite la conexión a la red privada del fabricante de balizas; que a su vez se conecta a la plataforma DGT 3.0. Como debe cumplir la norma europea de ciberseguridad EN-18031, incluso aislando la SIM integrada, y montándola en un móvil, solo podríamos acceder a la red privada del fabricante. Según me explicó Orange, esto se logra con un APN privado y específico.
- En el hipotético caso de que pudiéramos saltarnos las limitaciones anteriores, habría otro obstáculo: las balizas usan una red NB-IoT diseñada para optimizar al máximo el consumo de energía y de datos. Para el acceso a dicha red los dispositivos usan el APN privado: el operador podría detectar el tráfico anómalo y controlar ese uso indebido limitando el acceso. Las balizas envían solo unos pocos KB cuando se conectan.
A cada cacharro su SIM. La duda tenía su lógica, la experimentación también. Incluso las conclusiones: ante los millones de balizas V16 conectadas que circularán por nuestras carreteras a partir de enero de 2026, resulta lógico que los operadores protejan el acceso a las redes para que la SIM no se utilice indebidamente.
Imagen de portada | Iván Linares editada con ChatGPT
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