Nuevo Motorola Moto G (2014), análisis

Nuevo Motorola Moto G (2014), análisis
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Motorola Moto G fue una de las sorpresas en sector de los smartphones del 2013. Sí, un un teléfono por menos de 200 euros nos sorprendió, algo en apariencia difícil de asimilar ya que lo normal es que los aplausos y piropos siempre vayan a los tope de gama de cada fabricante. Sin embargo, su caballo ganador fue un terminal con un perfil más modesto. La idea funcionó bien.

Un año más tarde nos llega una revisión del modelo original. Una apuesta a priori conservadora pero que viene a cubrir las principales carencias que tenía. Ha pasado un año y el efecto sorpresa ya no es tan relevante por lo que la pregunta en nuestro análisis va por otros fueros ¿sigue siendo el nuevo Motorola Moto G una de las principales referencias en la gama media manteniendo el mismo hardware y trayendo pocas novedades? Vamos con nuestro análisis para responder esta pregunta y otras más.

Nuevo Motorola Moto G, especificaciones técnicas

Nuevo Motorola Moto G Motorola Moto G
Pantalla LCD IPS de 5 pulgadas LCD IPS de 4,5 pulgadas
Resolución 720x1280 píxeles, 294ppp 720x1280 píxeles, 326ppp
Procesador Qualcomm Snapdragon 400 1,2Hz 4 núcleos Qualcomm Snapdragon 400 1,2Hz 4 núcleos
Procesador gráfico Adreno 305 Adreno 305
RAM 1 GB RAM 1 GB RAM
Memoria 8GB (5 libres) / 16GB, ampliable con microSD hasta 64 GB 8GB (5 libres) / 16GB, sin posibilidad de ampliar por microSD
Versión S.O. Android 4.4.4, actualizable a Android L Android 4.3, actualizable a 4.4
Conectividad Wireless 802.11a/b/g/n, Bluetooth 4.0 LE, HSPA+ DUAL SIM Wireless 802.11a/b/g/n, Bluetooth 4.0 LE, HSPA+
Cámaras Trasera: 8 MP / Frontal: 2 MP Trasera: 5 MP / Frontal: 1,3 MP
Batería 2.070 mAh 2.070 mAh
Dimensiones 141.5 x 70.7 x 11 mm 129.9 x 65.9 x 11.6 mm
Peso 149 gramos 143 gramos
Precio oficial de salida 179 (8GB) / 199 (16GB) euros
(Amazon)
179 (8GB) / 199 (16GB) euros
(Amazon)

Análisis en vídeo del nuevo Moto G

Apartado por apartado, vemos que Motorola mantiene una apuesta firme por una combinación de hardware que ha dado muy buenos resultados. Qualcomm Snapdragon 400 y 1GB de RAM demuestran que son más que válidos para mover la última versión de Android (recordemos su compromiso con las actualizaciones constantes) sin ningún problema. Es más, lo hace con fluidez.

Nada reprochable en este apartado excepto la batería donde a pesar de que el terminal aumenta de tamaño mantiene unos 2.070 mAh que saben a poco si tenemos en cuenta que la pantalla mantiene la misma resolución pero aumenta de tamaño. Primera alerta: ¿cómo repercutirá en el consumo de batería diario?

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La cámara también da un pequeño salto y no solo hablamos de megapíxeles sino de calidad en el sensor. Sin duda alguna, el talón de Aquiles de este terminal. Rendimiento mediocre con un software de procesado que no ayudaba a maquillar los resultados. Han aprendido la lección y esta vez no han querido dejar cojo este apartado.

Resulta curioso que esta vez hayan optado por un modelo de doble SIM y no dejar una sola con 4G. Personalmente hubiera preferido la segunda opción pero entiendo que en mercados emergentes o en países estratégicos es una función muy demandada. Lo que sí se agradece es la ranura microSD para aliviar un poco la escasa memoria interna (8 o 16 GB según la configuración).

Diseño

Resulta difícil innovar en un sector donde los rectángulos cuadrados dominan el diseño de los smartphones. Podemos tener marcos desgastados para que la pantalla sobresalga, curvas ligeras para mejorar el agarre en mano o mejores materiales en la fabricación. Poca innovación y sorpresas en ese sentido con un Motorola Moto G que ha decidido mantenerse fiel a su formato.

Una ligera curva en la parte trasera facilita ligeramente el agarre en mano. Las cinco pulgadas se sienten cómodas en mano y el círculo ligeramente hundido del logo de Motorola ayuda a que lo cojamos mejor. Los botones laterales se sienten más robustos y demasiado duros respecto a la generación anterior. Nada grave, pero ahí está.

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Vuelta al plástico sin ninguna gran objeción. Suave al tacto, no da la sensación de ser un terminal barato. En la construcción sin embargo hemos notado que hay algunas fugas de luz, algo que se nota cuando encendemos la pantalla en una completa oscuridad y vemos como los marcos del móvil se iluminan. Un detalle un poco feo.

El espacio frontal se ha aprovechado realmente bien y los marcos horizontales y verticales son muy finos. El resultado final es tener un móvil con cinco pulgadas de pantalla sin tener un ladrillo en la mano. Buen trabajo en este sentido pero hay un aspecto que me sigue pareciendo mejorable: la distribución de los altavoces.

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Es un acierto que Motorola haya decidido pasarlo de la parte trasera a la frontal. Merece ese protagonismo, no suenan mal, pero el acabado cromado de las dos placas no termina de convencerme. Desencaja un poco y da la sensación de que no dan con la clave para resolver este punto. En el Moto X al menos el acabado es más sutil pero claro, estamos hablando de otra gama.

El conector jack se centra un poco y el orificio no queda relegado completamente a la tapa trasera, algo de agradecer ya que así se evita que esta pieza se acabe quebrando ya que en el Moto G original era una parte que tendía a romperse. Por supuesto, esta vez también tendremos carcasas intercambiables con todo tipo de colores, aunque con un precio algo elevado (unos 13 euros las oficiales).

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Pocos cambios sobre la mesa como veis pero realmente no había una necesidad de hacer ninguna revolución en el diseño. El plástico es de buena calidad y lo único reprochable es el sellado del cuerpo. A oscuras y encendiendo la pantalla se puede apreciar que se fuga un poco de luz del panel por algunos recovecos de los marcos. Motorola de momento no ha confirmado si se trata de una remesa mala o si son casos puntuales.

Pantalla

Como ya hemos mencionado la principal novedad del Moto G es aumentar su tamaño y llegar a las cinco pulgadas con las mismas especificaciones técnicas. Panel IPS LCD retroiluminado con resolución 720p. Ser más grande se traduce en una ligera reducción de la densidad pero a efectos prácticos este cambio de píxeles por pulgada apenas se aprecia.

La proporción sigue siendo buena y la pantalla es muy cómoda. Buen nivel de brillo, ángulo de visión correcto (cuando lo giramos mucho se oscurece un poco) y un perfil de color bien ajustado donde no se aprecian desviaciones notables hacia ningún color en particular.

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La respuesta táctil es buena y el aumento de tamaño no se nota en exceso. En condiciones de mucha luz ambiental la pantalla no destaca y es que aunque la luminosidad es correcta, si estamos justo bajo el sol nos va a costar un poco ver lo que tenemos delante. Nada destacable, en la media con el resto de móviles ya que la mayoría al final sufren este problema.

En cualquier caso, Motorola vuelve a demostrar una vez más que en esta gama de smartphones sigue teniendo una de las mejores pantallas y pocos pueden ofrecer una calidad similar. La duda que nos deja y resolveremos en el siguiente apartado es la autonomía. ¿Cómo repercute el aumento de tamaño en la pantalla en una batería que mantiene la misma capacidad? Vamos a verlo.

Rendimiento y autonomía

Motorola dejó claro que con un Snapdragon 400 se podía tener un rendimiento excelente en la gama de entrada. Un plus frente al rey de esta categoría, Mediatek, y sin una necesidad real de dar un salto y optar por un chip de más potencia como por ejemplo el Snapdragon 600, modelo que montón en su día una de las primeras remesas del Samsung Galaxy S4.

¿Qué nos deja ésto en los benchmark? Unos resultados muy similares respecto al modelo anterior. Veamos una comparativa con éste y otros móviles parecidos.

Moto G (2014) Moto G BLU Vivo IV bq Aquaris E5 HD HTC Desire 816
AnTuTu 17.429 16.978 29.4031 17.422 21.607
Quadrant 8.708 7.329 13.034 5.788 13.112
Epic Citadel 57,5 fps de media / Hihg Performance 57,2 fps de media / High Performance 54,7 fps de media / High Perfomance 48,1 fps de media / High Perfomance 59,5 fps de media / High Performance
Vellamo 1.935 1.898 2.603 1.784 2.771

Competitivo pero ninguna mejora sustancial, ni necesaria, respecto a la generación anterior. Habrá quienes se sientan defraudados pero en vistas a los resultados que vimos el año pasado, y a la escasez de avances que ha habido de un año para otro, no era necesario una renovación de chip en un año. Eso sí, otro año con Snapdragon 400 ya sería abusivo.

Bajando los números a tierra y hablando del rendimiento, la experiencia es muy similar a la del año pasado. Animaciones fluidas, rápido abriendo todo tipo de aplicaciones aunque a veces es fácil notar algunos tirones puntuales en aquellas que son un poco más exigentes.

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Sin embargo, no es nada que resulte frustrante o que estropee la experiencia de uso con el móvil. Hay que ser consciente de sus limitaciones y no compararlo con un móvil de topa de gama. Un buen desempeño en todos los aspectos donde lo único reprochable vuelve a ser la memoria interna.

16GB es un buen punto de partida pero 8 se queda un poco cojo. Es cierto que podemos volcar fotos o documentos a una microSD pero ya sabemos que no todas las aplicaciones se pueden pasar aquí y algunas ya empiezan a ser realmente pesadas. Aún así, contar con la ranura es mejor que no tenerla como en la anterior generación. De eso no hay duda.

Por último en este apartado toca hablar de la batería. Mantener la misma capacidad resulta un poco decepcionante ya que como vimos en la anterior generación a veces le costaba llegar a aguantar un día. En las pruebas que hemos hecho estos días lo hemos notado: va un poco justa.

Lo normal es que le saquemos unas cuatro horas de pantalla encendida a lo largo del día. Cantidad que creo que anda un poco corta ya que a poco que usemos el móvil ese día tendremos que recurrir a un cargador o una batería externa. Personalmente creo que Motorola debería haber aprovechado el aumento de tamaño para meterle un poco más de capacidad.

Software

Pocas sorpresas en un apartado donde Motorola ha dejado claras sus ideas: Android con poca personalización donde además de integrar los servicios de Google (al estilo Nexus) nos encontramos unas cuantas aplicaciones de cosecha propia que una vez más se encargan de sumar en positivo y no simplemente de carga la escasa memoria con software inútil para la mayoría de los usuarios.

Por un lado tenemos Android 4.4.4 KitKat de serie con los servicios de Google. Poca personalización y la promesa de que a finales de años tendremos actualización a Android L. Nada nuevo pero efectivo, fluidez, una interfaz clara y la garantía de que la experiencia, aunque no sea única, va cumplir con las expectativas.

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Luego tenemos las aplicaciones que incorpora Motorola por su parte. Apps heredadas de Motorola Moto G y el Moto E: un asistente de migración entre teléfonos, un sistema de aviso en caso de emergencias, Assist para poner el móvil en silencio en momentos determinados… En este caso tenemos el añadido de la gestión de las dos tarjetas SIM.

No es el apartado que más destaca en el Motorola Moto G ya que aunque funciona bien es bastante discreto. No se complican y la experiencia que ofrecen es buena. Para personalizar, tenemos un montón de launchers y aplicaciones de este tipo para darle un toque pero no será Motorola la encargada de hacer esta labor.

Cámara

Fue sin duda el apartado más cuestionado en la anterior generación. Su sensor y el software de procesado solo ofrecían buen rendimiento es circunstancias muy favorables. No se puede decir precisamente que fuera polivalente y lo cierto es que la calidad que ofrecía era muy justa.

Más allá del aumento de cinco a ocho megapíxeles, se nota que Motorola ha tomado nota de las críticas y ha colocado un sensor de mejor calidad. Para prueba de ello, esta comparativa con la misma imagen hecha con los dos móviles.

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Como se puede apreciar en la izquierda, la gestión de colores ha mejorado. Tonos más realistas donde se aprecia bien las sombras y donde son representados de forma más realista. En el modelo del año pasado vemos que la imagen está mucho más aplanada y no se aprecian tantos detalles. Diferencias sutiles.

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Una prueba con el modo HDR del Motorola Moto G. Excelente contraste entre las altas luces y las sombras, todo se aprecia con muchos detalles. Se aprecia bien el volumen de los árboles y no queda demasiado apegado. Se pueden apreciar los pequeños detalles como la persona que está sentada en la orilla izquierda. Las líneas finas del teleférico se pueden distinguir.

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Prueba en exteriores sin HDR. De nuevo bien en los detalles de las texturas como por ejemplo las piedras. Buena gestión de los colores y muchos detalles. La única pega es la profundidad de campo, los detalles del fondo quedan un poco desdibujados pero los resultados son realmente buenos.

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Prueba de foto en interiores. Casi toda la luz de la sala provenía de una ventana con cristal biselado y solo una ténue luz fluorescente servía de apoyo. Motorola ha acertado esta vez con el procesado de imagen. Se puede apreciar ruido fácilmente en el sofá o el cojín pero el resultado final es más que aceptable.

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Foto de interior con luz natural proveniente por el lado izquierdo de la foto en un día nublado. Las texturas de los nachos se aprecian sin problemas. Los colores se representan con mucha fidelidad: ni los satura ni los muestra lavados.

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Foto de exteriores con luz artificial. Muy bien captando algunos detalles como las texturas de la caseta de la derecha. Las luces que iluminan la fachada queman un poco los muros pero se aprecian muchos detalles de las ventanas y los marcos. No hay mucho ruido y aunque no es la mejor foto en estas condiciones, deja claro que el sensor no solo responde bien en las mejores circunstancias.

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Otro foto de exteriores con luz natural. Los detalles de los edificios del fondo los capta muy bien. Equilibrio de luces, colores realistas... La única pega, además del hierro de la parte derecha, es el desenfoque al captar el movimiento. En la mitad de la fotografía se puede apreciar un par de coches ligeramente desenfocados.

Si comparamos con otros móviles parecidos que hemos visto en otros análisis, vemos que el rendimiento de la cámara del Motorola Moto G ha mejorado y le permite colocarse como una de las mejores opciones en este rango de precio. Ahora sí, no es un punto débil sino una virtud.

En la parte de software mantiene el mismo concepto de enfoque automático por defecto y la posibilidad de configurarlo en manual para controlar también el punto de exposición. Personalmente no me parece la interfaz más cómoda pero una vez nos hacemos a ella está bien resuelta: los iconos no estorban en la pantalla y la única pega es que el número de opciones es algo escaso: flash, HDR, tipo de enfoque y calidad de imagen.

La opinión de Xataka

Motorola se propuso un objetivo muy ambicioso: ser la referencia en la gama de entrada. Una categoría que sigue siendo un mar infinito de terminales donde ninguno había conseguido ser una referencia y su éxito estaba más ligado a las promociones o las ofertas de las teleoperadoras. Sin embargo, poco a poco van saliendo modelos que despuntan y el año pasado, aunque llegó tarde, el Motorola Moto G fue la referencia.

Este año con esta renovación algo conservadora pero acertada, vuelve a aspirar a ser uno de los grandes nombres en el trono de los móviles modestos. Pocos cambios pero con el objetivo de solventar sus principales carencias. En lo personal, hubiera preferido versión 4G en vez de dos ranuras 3G. Un móvil redondo donde lo único reprochable es la batería y una construcción que, esperemos, se revise en las próximas remesas.

8.1

Diseño 7
Pantalla 8.2
Rendimiento 7.2
Cámara 7.5
Software 8.7
Autonomía 8

A favor

  • Rendimiento excelente
  • La cámara da un salto de calidad notable
  • Relación calidad precio imbatible

En contra

  • La autonomía es justa para un día
  • Fallos en la construcción del cuerpo
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