De la radio, al discman, del discman al móvil, y del móvil al smartphone. Este es el camino que he seguido para escuchar música allá donde vaya, desde hace muchos años. Es evidente que la evolución de la tecnología nos ha traído más comodidad, y sobre todo ha conseguido que dejemos de descargar música.
Todas las plataformas de streaming de música han alcanzado un buen nivel, tanto en catálogo como en aplicaciones para nuestros smartphones, y desde hace un año cambié la conocida Spotify por YouTube Music, la propia de Google. Tras estar muchos meses utilizándola, he vuelto a Spotify y te cuento los motivos por los que no me arrepiento del cambio.
Un poco de contexto
Cansado de lo mismo, descarté la fácil opción de Spotify para aprovechar las funciones de YouTube Premium, que de paso me aportaba YouTube Music sin anuncios. La transición fue dulce, de hecho, bastante sencilla, debido a que pasé mis listas de Spotify a YouTube con una simple web.
Pasaron las semanas, y me sentía muy cómodo usando el servicio de streaming musical de Google, pues a nivel de catálogo (al menos, de los géneros que escucho) lo sentía igual. La aplicación es otro tema aparte, pero lo cierto es que YouTube Music conquistó mi móvil Android desde el primer momento.
Sin embargo, y a pesar de que sigo teniendo en buena estima este servicio de música, por motivos ajenos a mí, contraté el plan familiar de Spotify para compartirlo con mis allegados. Y este ha sido el empujón que necesitaba para darme cuenta de que antes lo controlaba todo mejor.
La vuelta a Spotify ha dibujado una sonrisa en mi cara, pues por poco que haya cambiado la app desde que la desinstalé, tiene motivos de sobra para destacar sobre el resto. No sólo la app, sino el servicio completo, y ahora te digo que he echado de menos inconscientemente todo este tiempo.
En las recomendaciones no hay color
Empezamos por las recomendaciones, protagonizadas e influidas por un algoritmo que me sigue pareciendo mejor en Spotify. Es cierto que el servicio conoce muy bien mis gustos y preferencias, pero a YouTube también le "enseñé" lo suficiente para que me sirviera música atractiva para mí.
Sí, lo consigue, pero no afina tanto como Spotify. No son sólo los 6 mixes diarios lo que me interesa, sino el radar de novedades, que en YouTube Music, me ponía música alejada de mis intereses. Quizá sea algo quisquilloso con este aspecto, pero al final uno se queda donde mejor se encuentra.
De igual manera, la exploración de música se hace más intuitiva en Spotify. Es verdad que YouTube Music permite explorar el catálogo por géneros, pero en Spotify tenemos una mejor presentación, además de recomendaciones más adecuadas.
Ya no sólo destaco este aspecto, sino la comunidad que hay detrás. Hay ocasiones en las que quiero encontrar una playlist sobre un artista o tema concreto, por ejemplo cuando busco recopilaciones de bandas sonoras de videojuegos. La comunidad hace la diferencia, y es más probable que encontremos lo que buscamos en Spotify.
La aplicación es un 'plus' considerable
Si obviamos el servicio en sí y nos referimos a la aplicación para móviles, puedo decir que no hay color. La app de Spotify es completa, fruto de un desarrollo muy longevo y que sigue actualizándose con características exclusivas. Me han gustado las sesiones Jam para compartir música, además de su conectividad con otros dispositivos.
De igual manera, y aunque no era habitual, en YouTube Music me he topado con canciones bloqueadas por copyright, debido a que el vídeo subido a YouTube (podemos escuchar el audio de vídeos) infringía las condiciones de uso. Esto no sucede en la plataforma de color verde, pues no depende de otro servicio.
En general, la aplicación de Spotify me parece que ha alcanzado un gran nivel, tanto visual como funcionalmente. Volver a tener los vídeos verticales en la pantalla de reproducción es interesante, y en definitiva, esta posee un sinfín de características que ninguna otra tiene.
Ni que decir que YouTube Music no tenga aplicación para ordenadores, algo que quizá no es interesante para muchos usuarios, pero para mí es determinante. Mientras trabajo, suelo conectar mis auriculares al PC y por tanto, consumo música desde aquí. Para utilizar el servicio de Google, opté por un acceso directo a la webapp, pero no devuelve la misma experiencia que la aplicación nativa de Spotify.
Podcasts, mejor en Spotify
Un aspecto en el que YouTube Music está dando sus primeros pasos son los podcasts. Gracias a su sinergia con YouTube, podemos escucharlos sin mayores problemas, aunque no tendremos el mismo soporte que en Spotify. Por el momento, Google los ha desplegado en EEUU, sin fecha definitiva para otras áreas del planeta.
En el otro lado, Spotify dispone de podcasts desde hace mucho tiempo, y su aplicación permite desde un inicio suscribirnos (para recibir alertas de nuevos episodios), además de explorarlos para descubrir nuevos. De nuevo, es un aspecto en el que pasa por la derecha a la alternativa de Google.
En definitiva, estos son los motivos por los que mi vuelta a Spotify ha sido más agradable de lo que ya esperaba. Si Google quiere igualarse al ya veterano servicio de streaming musical, debe ponerse las pilas.
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