Fueron tendencia hace años y una manera de distinguirse para los fabricantes de teléfonos, pero hoy en día los fondos de pantalla animados perdieron gran parte de su éxito. Porque consumen más energía, porque añaden carga al procesador o porque el movimiento del fondo resta atención a los iconos: son muchas las razones para haber perdido la popularidad. Aunque he de confesar que para mí siguen siendo los wallpapers preferidos.
Recuerdo la primera vez que vi un fondo de pantalla animado en un smartphone Android. El Nexus One de Google expuesto en una tienda de telefonía, con la pantalla en funcionamiento y aquel fondo de rejilla con hileras de luces que se iban iluminando; remarcando la zona del escritorio donde se pulsaba. A raíz de aquello, terminé llevando ese mismo wallpaper a mis ROMs, también fui acumulando una pequeña colección de apps. De hecho, la primera aplicación que compré en Android Market fue de fondos de pantalla.
Los fondos de pantalla animados añaden dinamismo a los escritorios
Sé que es cuestión de gustos y que un buen fondo de pantalla estático queda igualmente bien, aunque reconozco que me gusta ver el escritorio con cierto dinamismo. Y es que en este punto soy muy maniático: sólo tengo un escritorio, mantengo una fila de iconos y carpetas aparte del dock, elijo siempre cajón de apps y coloco un widget del reloj con el tiempo actual. No sólo eso, mi elección como wallpaper es uno animado.
Para este artículo anduve repasando mi historial de compras en Google Play y comprobé que la primera app Android en la que me dejé el dinero fue HD Wallpaper, allá por julio de 2009. No incluía aún fondos animados, aunque sí los ofrecía otra de las aplicaciones de personalización que más marcó mis teléfonos, tanto personales como de análisis: Game of Life Live Wallpaper. Ésta es de 2016, bastante más moderna.
El fondo de pantalla de Game of Life siempre me recordó a aquel primer live wallpaper que vi, el del Nexus One. En él se libra una batalla a vida y muerte entre las células donde se puede personalizar los colores, la duración de cada batalla o el aspecto de las células. Y ejemplifica a la perfección lo que busco con un fondo de este tipo: que aporte distinción, dinamismo y sencillez; sin que las animaciones distraigan del uso del teléfono.
Si bien Game of Life ocupa uno de los diez primeros puestos en mi podio particular de wallpapers, hay uno que acostumbro a colar en cada móvil reciente: los fondos de los Google Pixel. Me encantan los de «Universo en movimiento», los tengo en todos los móviles de Google. Por ejemplo, me gusta mucho el de la vista aérea sobre la playa, igual que el de la carretera por un bosque. Están animados, son llamativos, no distraen en exceso y aportan carácter al escritorio. No entiendo por qué Google ha dejado de incluir más wallpapers de este tipo en sus Pixel.
Bien equilibrados, los fondos de pantalla animados no tienen por qué gastar mucha más batería
Es obvio que un wallpaper con animación va a consumir más mAh que uno estático, aunque esto tampoco tiene por qué ser un motivo de descarte: al final, el gasto es tan pequeño que ni se nota. De hecho, el móvil va a consumir más consultando WhatsApp que por tener en el escritorio un wallpaper animado. Si aporta una mayor distinción, ¿por qué no utilizarlo?
Yo sigo utilizando fondos de pantalla animados en mis Android, y seguramente siga así por mucho tiempo: aparte de los que vienen de serie en los Google Pixel, tengo los APK de estos wallpapers listos para instalarlos en cualquier otro Android. Y es que me parece que ejemplifican la esencia de la personalización: dar carácter y belleza sin distraer. Para mí las tres claves de un buen wallpaper.
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