Trabajar en el sector de la telefonía móvil hace que buena parte de mi círculo de familiares, amigos y otros cercanos me pidan consejo para cambiar de móvil con mucha frecuencia. Siempre les insto a valorar otras opiniones, aunque intento reafirmar las mías en base también a mi experiencia probando móviles en estos años, especialmente en la gama de entrada.
Porque sí, recomendar un móvil de alta gama es relativamente sencillo. Casi cualquier opción es válida. Sin embargo, veo más vital la decisión cuando se trata de un móvil de rango económico. Y aquí tengo clarísimas tres cosas que sí o sí, deben tener esos móviles que recomiende.
Android Go debería ser una obligación que, por suerte, se cumple
Partimos de la base de que quien busca un móvil económico, ya está renunciando a tener lo mejor. A veces es por presupuesto y otras sencillamente no querer o no creer necesitar nada más. Y sabiendo que Android Go trae los servicios de Google y los actualiza con frecuencia, tener la última versión del sistema no es lo más importante.
Da igual si es Android 11, Android 12 o Android 13. Mientras sea una versión ‘Go’, es suficiente. De hecho, en estas versiones no hay demasiados cambios y sí un hecho común: son capas muy ligeras y adaptadas a un hardware básico en un uso básico.
Android Go es el sustituto natural de Android One, siendo una versión simplificada de Android con apps igual de ligeras. Véanse como ejemplo Google Go, Google Maps Go o YouTube Go, versiones que en esencia aportan lo más importante de esas apps, eliminando algunas funciones más superfluas o que necesitan un hardware más potente.
Por suerte, cada vez más fabricantes apuestan por este sistema en sus gamas económicas. Xiaomi, Realme o Nokia son algunos de los ejemplos. Eso sí, no todos sus móviles ni los de otras marcas ofrecen Android Go, por lo que sí, sigue siendo algo que recomiendo mirar siempre.
He llegado a probar móviles muy limitados en hardware con capas propias del fabricante y que, pese a intentar aligerarlas, convierten la experiencia en un caos absoluto. No negaré que pueda echarse en falta más opciones de personalización en Android Go, pero todo funciona de forma fluida y tener una versión más robusta con hardware escueto se traduce en una experiencia de uso en la que la lentitud es clara protagonista.
4 GB de RAM es lo mínimo hoy en día
Pensarás que es un poco contradictorio pedir Android Go y luego 4 GB de RAM, pero nada más lejos de la realidad. Los 4 GB son ya el estándar de muchos móviles, aunque en mi experiencia reconozco que insuficientes para gestionar con solvencia los recursos del software. Por ello, la combinación de 4 GB y Android Go es lo ideal.
No existen móviles con Android Go y mayor capacidad de memoria RAM. Y si existen, nunca me los he cruzado. El problema es que sí hay demasiados smartphones con Android Go y menos cantidad de RAM. Y aunque con 3 GB reconozco que no anda mal el asunto, la diferencia es importante.
Muchos siguen anclados en los 2 GB de RAM y aquí el software puede estar muy aligerado en su versión ‘Go’, pero puedo asegurar que usarlo en el día a día es un auténtico infierno en muchas ocasiones. Y ya no comparado con un gama media o gama alta, donde siempre habrá diferencias abismales, sino mismamente con otro modelo similar en hardware, pero con 3 o 4 GB.
Puerto USB-C (ya casi obligatorio) y con carga de más de 10 W
En 2024 entrará en vigor la nueva ley que obliga a que todos los smartphones (y otros dispositivos) lleven USB-C en Europa. Acordarse de Apple y sus iPhone es sencillo ante esa norma, pero lo cierto es que también afecta a fabricantes Android. Porque no, el USB-C no está tan estandarizado en Android como pensamos y la gama económica es buena prueba de ello.
Es cierto que es ya casi imposible ver un gama media o gama alta de Android con algo que no sea USB-C, pero muchos fabricantes siguen optando por incorporar Micro USB en sus móviles económicos. Y este no sólo es un estándar anticuado y menos universal, sino que pierde en versatilidad, velocidad de transferencia y… sí, en velocidad de carga.
Pero ojo, que los hay que implementan USB-C, pero en un estándar capado que impide tener una carga de más de 10 W. Sabiendo que las baterías, de media, están en 5.000 mAh de capacidad, la carga se hace excesivamente lenta. Las 2 horas como mínimo están garantizadas. Y no es un drama importante si se acostumbra a cargar de noche, ¿pero qué hay de las emergencias? Has de salir y tener algo de batería, pero tras 15 minutos, tu móvil apenas cargó un 10% como mucho.
Aparte, ya no es una cuestión de ahorro para el fabricante. La carga rápida se sitúa ya en una media de 67, 120 e incluso 200 y más W de potencia. Y otro cantar sería en esas capacidades, pero en las inferiores hace tiempo que se democratizó el precio y no supone un ahorro tan grande. Ofrecer 25 o 33 W al menos es algo que creo estar en disposición de pedir y más cuando hay fabricantes que ya lo ofrecen.
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