Huawei y Estados Unidos, una cronología del conflicto: origen, bloqueo, "desbloqueo" y un espionaje todavía sin probar

Huawei y Estados Unidos, una cronología del conflicto: origen, bloqueo, "desbloqueo" y un espionaje todavía sin probar

2 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Huawei y Estados Unidos, una cronología del conflicto: origen, bloqueo, "desbloqueo" y un espionaje todavía sin probar

Podemos decir que Huawei no ha tenido una primera mitad de 2019 precisamente tranquila. Una de las noticias del año fue que Estados Unidos introducía a la compañía china en la "Entity List", una lista de empresas con las que las empresas americanas tenían prohibido hacer negocios.

Eso, entre otras cosas, significaba que Huawei se quedaba sin acceder al "Android de Google", es decir, a todos los servicios que la Gran G ofrece en todos los móviles Android. Entre ellos están Google Play, GMail y demás aplicaciones que todos usamos en nuestro día a día. Un golpe puede que fatal para el que Huawei estaba preparada gracias a que llevaban tiempo desarrollando un sistema operativo alternativo (que ahora queda en el aire).

En la cumbre del G20, Donald Trump ha anticipado el fin del bloqueo tras llegar a un acuerdo con China para no subir los aranceles. Y esto, que puede parecernos algo muy nuevo, en realidad no lo es tanto. De hecho, se remonta muchos años atrás. Hoy vamos a recopilar todo lo que ha pasado.

Antes de 2012: unos inicios tranquilos, pero no tanto

Sede Huawei
Sede de Huawei en Shenzhen, China.

Huawei es una empresa relativamente reciente. Ren Zhengfei, su actual CEO, la fundó en 1987. Casi ayer. No olvidemos que la primera llamada GSM se hizo en 1991. Los inicios de la empresa fueron bastante tranquilos. Allá por los 90, China empezó a priorizar las empresa tecnológicas locales por encima de las extranjeras, lo que pudo suponer un empujón para la compañía.

Todo se mantuvo en calma hasta que el 12 de diciembre de 2001 la agencia de inteligencia de la India informa de que Huawei, supuestamente, había estado trabajando con los talibanes, Irak y Pakistán. En palabras de la revista EE Times:

"Huawei India supuestamente ayudó a suministrar equipos de vigilancia de comunicaciones a las fuerzas talibanes en Afganistán. También se alega que ayudó a mejorar los sistemas de comunicación militar de Irak. Otra acusación hizo que Huawei vendiera equipos de telecomunicaciones a Pakistán, el rival militar de la India".

La empresa negó las acusaciones. Un portavoz de Huawei dijo que "las afirmaciones hechas por ciertas secciones de los medios de comunicación no son ciertas" y que "el negocio global de Huawei cumple con las normas y regulaciones de las Naciones Unidas". Este asunto quedó en nada, pero fue una de las primeras tensiones de las que hay registros.

El 11 de diciembre del mismo año, China se unió la Organización Mundial del Comercio tras 15 años de negociaciones . Eso supuso un duro varapalo a la economía china que, recordemos, priorizaba las empresas locales por encima de las empresas extranjeras. Estados Unidos jugó un papel fundamental en las condiciones impuestas hacia China, y entre ellas estaba la admisión de inversión extranjera en sectores como la banca, servicios y telecomunicaciones.

La entrada de Huawei en la OMC supuso remodelar las leyes chinas que priorizaban las empresas locales por encima de las extranjeras

2003 y 2008: el caso Cisco y la casi compra de 3COM

Dos años más tarde, allá por 2003, Cisco llevó a Huawei a los tribunales por infringir sus patentes y usar parte del código del firmware de sus routers para desarrollar su propio firmware. Comentan en el Wall Street Journal que "Huawei dijo que una pequeña parte de su software de router aparentemente fue copiada de Cisco, pero la compañía china dijo que está eliminando el software de sus routers en todo el mundo". Otro caso que generó mucho ruido pero que quedó en nada después de que Cisco y Huawei llegasen a un acuerdo.

Las aguas vuelven a su cauce, pero en 2008 la marea volvió a subir. La Administración Bush bloquea la compra de 3COM (un fabricante estadounidense de routers) por parte de Huawei por preocupaciones sobre la seguridad nacional -ya empezamos-. Acto seguido, el FBI empieza a investigar al CEO de Huawei por supuestas negociaciones con Irán, violando así las sanciones comerciales impuestas. Seguramente esto te suene de algo.

2010 - 2011: Huawei no empieza bien la segunda década

Huawei U8220

Entramos en 2010 y Huawei lo hace con el pie izquierdo. En 2009, la firma lanza el U8220, su primer móvil con Android, y Motorola la demanda por espionaje corporativo. En palabras de Reuters, "Motorola afirmó que un ingeniero compartió información sobre un transceptor Motorola y otras tecnologías con el fundador de Huawei, Ren Zhengfei". De nuevo, todo queda en nada después de que las dos empresas llegasen a un acuerdo. En el New York Times creen que para permitir a Motorola vender su división de redes a Nokia Siemens Network.

Entre 2010 y 2011, Huawei hizo varios ademanes para desarrollar infraestructuras de redes en Estados Unidos. La primera, en 2010, con Sprint. La segunda, una red para servicios de emergencia en 2011. Ambas fueron bloqueadas por Obama. ¿Adivinas el motivo? Exacto: seguridad nacional. Y llegamos a 2012.

2012: el principio del fin que al final no ha sido tal

Estados Unidos publica un informe que podemos tomar como el inicio de toda la polémica que hemos vivido estos dos últimos años. En él se dice lo siguiente:

Durante la investigación [que duró 11 meses], el Comité recibió información de expertos de la industria y empleados actuales y anteriores de Huawei, sugiriendo que Huawei, en particular, puede estar violando las leyes de los Estados Unidos. Estas alegaciones describen a una compañía que no ha cumplido con las obligaciones legales de los Estados Unidos o las normas internacionales de conducta empresarial [...]. La investigación concluye que los riesgos asociados con la provisión de equipos de Huawei y ZTE para la infraestructura crítica de los Estados Unidos podrían determinar los intereses centrales de seguridad nacional de los Estados Unidos".

El informe se centra en la infraestructura de red, es decir, antenas, módems, receptores, etc. No se menciona a los móviles en ningún lado. Bueno, realmente no se menciona ninguna evidencia de que haya violaciones de seguridad. Simplemente son preguntas al aire como "La historia corporativa de Huawei sugiere vínculos con el ejército chino, y Huawei no ha proporcionado respuestas detalladas a preguntas sobre esas conexiones". Su CEO trabajó para el Ejército de Liberación chino antes de fundar la empresa.

2014: la bella ironía de la NSA revelada por WikiLeaks

Pero ojo, que no se queda ahí. El 23 de marzo de 2014 WikiLeaks filtra unos informes que revelan que Estados Unidos hackeó los servidores de Huawei (de forma exitosa, aparentemente) para conocer los planes del gobierno chino y usar sus propios productos para espiar a otros países rivales (véase Irán, Afganistán o Pakistán). No olvidemos que Huawei había sido acusada de comerciar con estos países a pesar de las sanciones comerciales. A este caso se le conoce como Operación Shotgiant. Qué bella ironía.

2017: el Huawei Mate 10 que se queda fuera de EEUU

Nos plantamos así en 2017. Huawei sigue apostando por el mercado americano, su última frontera, y parece que quiere poner pie en tierra de la mano de AT&T. Aparentemente, la empresa tenía un acuerdo con la operadora estadounidense para poner en circulación su Mate 10, pero para sorpresa de nadie, un grupo de abogados dijeron a la FCC que estos móviles iban a ser usados para espiar a usuarios y políticos para, más tarde, mandar esos datos al gobierno chino. El Mate 10 no llegó a Estados Unidos.

2018: dudoso inicio, nudo polémico y desenlace económico

Huawei 2

En 2018 la premisa "Huawei nos espía" era un vox populi en las altas esferas de la administración estadounidense. Chris Wray, director del FBI, declaró en febrero de 2018 lo siguiente:

"Estamos profundamente preocupados por los riesgos de permitir que cualquier compañía o entidad que esté en deuda con gobiernos extranjeros y que no comparten nuestros valores, obtenga posiciones de poder dentro de nuestras redes de telecomunicaciones".

Para que te hagas una idea, el gobierno prohibió los dispositivos Huawei en las bases militares y la Ley de Autorización de Defensa Nacional prohibió de facto la compra de equipos chinos, principalmente de redes, por ser un riesgo para la integridad de la conexión 5G. Huawei, por supuesto, siempre ha negado las acusaciones, algo fácil teniendo en cuenta que las pruebas y evidencias han brillado por su ausencia. Por cierto, en 2018 Japón, Australia y Nueva Zelanda también se subieron al carro de prohibir los productos Huawei.

Más allá de esto, el "bombazo" fue la detención de la directora financiera de Huawei, Weng Wanzhou, en Canadá. ¿Os acordáis de que hace unos años dijeron que el CEO de Huawei había comerciado con Irán, Pakistán y demás países? Pues fue el mismo argumento esgrimido para apresar a la CFO de la empresa. Meses más tarde, la directiva denunció al gobierno por "detención ilegal".

Meng Wanzhou
Meng Wanzhou, CFO de Huawei, durante el 'Russia Calling Investment Forum' celebrado en 2014.

2019: un mal comienzo que arrastramos hasta junio

A principios de 2019, una corte federal de Brooklyn (Nueva York) acusó a Huawei de 13 cargos por fraude bancario, conspiración para cometer fraude bancario, defraudar a Estados Unidos y blanqueo de capitales. Estos cargos afectaban también a la CFO de Huawei. La empresa se defendió en un comunicado, del cual cabe destacar este párrafo:

"La Compañía niega que ella, su subsidiaria o filial, hayan cometido cualquiera de las infracciones de la ley de EE.UU. expuestas en cada una de las acusaciones, no tiene conocimiento de ningún delito por parte de la Sra. Meng y cree que los tribunales de EE.UU. finalmente llegarán a la misma conclusión".

Europa, por su parte, se mostró a favor o, al menos, no en contra de Huawei. A principios de 2019, Alemania, Italia y Francia mostraron su apoyo de una forma u otra, diciendo que sin pruebas y evidencias no hay delito. En palabras de la Asociación de la Industria Alemana (BDI) y la Oficina Federal para la Seguridad de la Información alemana (BSI): “ningún fabricante debería ser excluido del 5G sin evidencias”.

Pero el ambiente sigue caldeándose. En mayo de 2019, Donald Trump firma una orden ejecutiva por la cual otorga poder al gobierno federal para evitar que las operadoras del país compren equipos de telecomunicaciones de fabricación extranjera. En ella no se menciona a Huawei, pero todas las miradas están puestas en ella.

Finalmente, se hace efectiva. Huawei entra en la "Entity List", una lista negra de empresas con las que las compañías americanas tienen prohibido hacer negocios. La noticia salta porque Google cesa su colaboración con Huawei, dejando así a la empresa sin el "Android de Google" que todos conocemos. Los móviles actuales seguirían funcionando como hasta ahora, pero los futuros quedaban en el aire.

Le siguieron Intel, Qualcomm y otros fabricantes de chips, Toshiba y ARM, lo que suponía un duro golpe para Huawei porque se quedaba sin sistema operativo y sin capacidad para fabricar sus procesadores HiSilicon Kirin (que usan arquitectura ARM). Facebook también tuvo que sumarse, de forma que sus aplicaciones no podrían venir preinstaladas en los móviles de la firma.

Muchos fabricantes estadounidenses dejaron de enviar productos a Huawei tras la decisión del gobierno de Trump, entre ellos Google y ARM

Por fortuna, Huawei se había cubierto las espaldas meses antes, cuando en una entrevista confirmaron que tenían un plan B en forma de sistema operativo alternativo. HongMeng OS o Ark OS, no se sabe a ciencia cierta. Lo que sí se dijo es que era multiplataforma, compatible con aplicaciones Android y un 60% más rápido. Queda por ver.

Este bloqueo generó muchas dudas, incertidumbre y cierto apoyo a la firma china, que ha negado mil y una veces las acusaciones estadounidenses. Google, según el Financial Times, dijo que el bloqueo a Huawei podría suponer un problema de seguridad y haría que Android estuviera aún más fragmentado. Así lo recogía el medio:

"Google ha estado argumentando que al impedir que se haga negocios con Huawei, Estados Unidos corre el riesgo ante la creación de dos tipos de sistema operativo Android: la versión original y una híbrida. Es probable que el híbrido tenga más errores que el de Google, por lo que podría poner a los teléfonos Huawei en mayor riesgo de ser hackeados, sobre todo por China".

El bloqueo se pospuso hasta el 19 de agosto para dar margen a las empresas estadounidenses para deshacerse de los equipos de la firma. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. Solo en España las ventas de equipos Huawei cayeron un 30% tras los primeros días después de anunciarse el veto. A nivel global, 30.000 millones menos en ingresos y una caída del 40% en ventas.

Junio de 2019: ¿vuelta a la tranquilidad?

Donald Trump

Finalmente, tras muchas acusaciones de espionaje y sus respectivas negaciones, el caso llega a su fin... más o menos. Huawei ha sido solo un peón de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, tal y como dijo Pablo Wang, Director de la Unidad de Negocio de Consumo de Huawei España, en una reciente entrevista con Xataka. Donald Trump anunció lo siguiente este fin de semana en la cumbre del G20:

"Enviamos y vendemos a Huawei una enorme cantidad de productos que forman parte de lo que fabrican, y yo he dicho que eso está bien. Seguiremos vendiéndoles estos productos" [...]. "Las empresas estadounidenses pueden vender sus productos a Huawei. Estamos hablando de equipos en los que no hay un gran problema de seguridad nacional".

Sin embargo, todavía hay algunos pasos por dar. Trump y el presidente chino deben esclarecer a lo largo de los próximos días los términos del acuerdo. Sobre las condiciones no se sabe nada más allá de que Trump no va a subir los aranceles a China. La venta de productos Huawei en Estados Unidos sigue vetada y sigue en manos del Departamento de Comercio decidir que se puede y que no vender. El veto como tal no está levantado, simplemente se ha dado algo de cancha. Las negociaciones, por lo tanto, siguen en marcha.

Comentarios cerrados
Inicio