De rootear y probar todas las ROMs a usar la de stock: la evolución del usuario de Android

De rootear y probar todas las ROMs a usar la de stock: la evolución del usuario de Android

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De rootear y probar todas las ROMs a usar la de stock: la evolución del usuario de Android

Hace mucho que no le hago un root a mi móvil, la última vez que instalé una ROM de manera manual fue cuando tuve que pasar mi OnePlus One a OxygenOS. Realmente no quería, pero en ese momento no tenía otra opción si quería salir de Cyanogen. Llevo días dándole vueltas al tema, reflexionando sobre cómo uso Android y hoy leyendo un post en Google+ no he podido evitar sentirme identificado: no soy el único que ha evolucionado.

Llevo usando Android algo más de cinco años y desde aquel Nexus One que fue mi primer smartphones al OnePlus 2 actual han pasado muchos androides por mi mano (tanto los personales como los de prueba). Como yo, seguro que vosotros lleváis ya mucho tiempo con uno de estos dispositivos en la mano y estoy convencido de que ya no le hacéis tantas virguerías para que funcione de forma diferente.

Recuerdo que lo primero que hice con mi Nexus One fue rootearlo para posteriormente instalarle CyanogenMod. Por aquel entonces era la ROM del momento: más completa que la oficial, un montón de posibilidades de personalización y algo más atractiva que un Android de stock que por aquel entonces era feo.

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Ah, los tiempos de MIUI...

Hasta que solté este terminal sufrió muchas perrerías: cambios de ROMs de todo tipo, las primeras pruebas con los kernels personalizados, aplicaciones que solo funcionaban en root... Más tarde pillé un Desire S que cada dos o tres días estaba con una versión de Android diferente. Me llevaba tiempo, pero era divertido y además me ofrecía más opciones y mejor batería que lo que podía conseguir por defecto.

Fui dejando de lado las ROMs para hacer pruebas con el overclocking y los kernels personalizados. Mis móviles iban más rápidos, pero la batería duraba menos. Fue entonces cuando empecé a hacer pruebas para reducir la velocidad de reloj del procesador y probar modos agresivos para que la batería durara más.

Mi Samsung Galaxy S2 fue el siguiente en sufrir mi curiosidad. Aquellas noches leyendo XDA con el móvil conectado al puerto USB del portátil mientras bajaba zips y herramientas de todo tipo. Fue divertido pero con el Galaxy Note 2 todo eso cambió: dejé de probar ROMs, no le hice cambios al kernel y solo empecé a usar root para algunas aplicaciones como Titanium Backup o Tasker.

Parte de la decisión estuvo motivada por no perder las funciones del S-Pen. Me gustaba dibujar y con muchas de las ROMs que había por aquel entonces no estaba incluido el soporte. Fue llegando pero ya había dado el salto a un Nexus 5, vuelta al Android de stock. KitKat era atractivo, funcionaba bien, no necesitaba ningún añadido ni cambios varios.

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Siguieron pasando móviles por mis manos (Z1 Compact, LG G3, OnePlus One, OnePlus 2...) y cada vez perdía menos tiempo haciendo pruebas con el móvil. Seguía leyendo porque para mí el foro de XDA seguía siendo una fuente de conocimiento muy interesante pero cada vez hacía menos pruebas. Estaba contento con mi móvil tal cual me lo daba el fabricante. Tenían fallos pero esa personalización extrema ya no me llamaba.

Hice algún coqueteo como el que comenté de OxygenOS en el OnePlus One o probar Greenify en varios móviles pero a día de hoy, no me planteo hacer personalizaciones al móvil más allá de cambiar el launcher o instalar alguna aplicación que requiera root. Ya no me llena y ver el post de Patrick Hill esta mañana me ha hecho darme cuenta de que no estoy solo.

¿Por qué ha ocurrido esta transformación?

Ahora que os he contado mi historia queda por hacer una pregunta, ¿qué me ha llevado a dejar de lado todo el mundo de las ROMs, el root y las aplicaciones de este estilo? Por un lado hay un motivo muy claro: cada vez tengo menos tiempo para jugar y trastear. A veces me gusta investigar sobre todo ello y publicar artículos aquí en Xataka Android. De hecho, me encanta bucear para buscar ROMs modernas que funcionen en dispositivos algo antiguos.

Sin embargo, no tengo tiempo ni ganas de hacer eso en mi móvil principal. Leo, veo lo que ofrece pero no me compensa estar esa media hora (o más) leyendo documentación y haciendo pruebas. Lo que dan los fabricantes es suficiente para mí y salvo casos puntuales, ya no tengo el cuerpo para estos bailes. Quizás me haga mayor o simplemente hay cosas que ya no me preocupan tanto.

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No era perfecto, pero se comportaba fenomenal.

Luego tenemos otro motivo de peso: Google y los fabricantes están haciendo mejor su trabajo que hace cinco años. Los smartphones y tablets van más fluidos, Google ha evolucionado para ser un sistema operativo más completo en funciones y atractivo para el usuario. Con eso cubierto, siento que ya no necesito hacer todo eso.

Buena parte del propósito de las ROMs y todos estos desarrollos era expandir los límites de aquel Android limitado en muchos sentidos. Eso ha cambiado, fabricantes, desarrolladores de software, todos están haciendo mejor su trabajo y aunque la labor de todas esas personas desinteresadas sigue siendo una aportación inmensa, a mí ya me han perdido y probablemente no vuelva a ser usuario de este tipo en una temporada. Quizás vuelva, pero mientras, seguiré viendo todo desde la barrera. Leyendo, estando al día, pero sin ese tiempo por probar cosas nuevas.

No quiero dar a entender que mi camino es el bueno y que el resto son erróneos. Sé que hay muchos usuarios que seguís haciendo pruebas y configurando vuestro Android para ponerlo a punto y que vaya más optimizado que por defecto. Contad vuestra historia en los comentarios, tengo curiosidad.

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