El reinado del notch se acerca a su fin: después de meterlo hasta en la sopa, ahora lo que se lleva es evitarlo

Pocas discusiones tecnológicas levantan tantas pasiones como el notch. Aunque no fue el primero, el iPhone X abría oficialmente la temporada de notch y desde entonces la invasión notch ha sido incesante, motivada a partes iguales por quienes copian descaradamente a Apple y la necesidad autoimpuesta de llevar la pantalla a los límites.

Sin embargo, algo está cambiando. Por si no has estado prestando atención, durante la segunda mitad de 2018 los notch han empezado a reducir su tamaño y las ideas para evitarlo se han multiplicado. Si a principios de 2018 se nos llamaba a aceptar el notch, de camino a 2019 lo que se lleva es evitarlo.

A nadie le gusta el notch

Apple ha sido la que más ha insistido en que "abraces" al notch

A estas alturas creo que es posible afirmar sin riesgo a equivocarnos que a nadie le gusta el notch: hay quienes lo odian y hay quienes simplemente lo soportan. Los primeros no lo quieren ver ni en pintura -y lo han tenido difícil para hacerse con un nuevo terminal este año- mientras que los segundos generalmente le restan importancia al asunto. "Al final te acostumbras y te olvidas de que está ahí" es algo que se ha repetido mucho este año.

Hay dos tipos de personas: quienes odian el notch y a quienes les da igual

Las compañías han intentado que amemos al notch, aunque la jugada no siempre ha salido bien. OnePlus lo intentó en el OnePlus 6, que traía el notch por primera vez a la marca. Carl Pei, CEO de OnePlus se pasó de efusivo sobre el tema en Twitter y tuvo que borrar el tuit después de que se le echara encima una legión de fans.

Pero el amor no se puede forzar. Lo que para unos es una chapuza, para otros es simplemente algo con lo que tienen que vivir. Nadie quiere el notch de por sí: lo que se agradece es ese extra de pantalla o que los bordes estén más reducidos. Es decir, el notch está ahí porque era la solución más fácil a un problema que nosotros mismos habíamos creado.

El notch ha empezado a encoger

Los notch de finales de año no son como los de principios. En la imagen: el del OPPO RX17 Pro

Cuando hay unos sentimientos encontrados tan fuertes a favor y en contra de una función, no es fácil para una compañía decidir qué le sale más a cuenta: ¿Le ponemos notch y a quien no le guste, que se apañe, o nos arriesgamos a que el móvil parezca del pasado?

Asumámoslo, después de que las pantallas se hacen grandes, no hay vuelta atrás. Y tampoco es fácil ahora acostumbrarse al viejo conocido de los 16:9. Llámalo moda o como quieras llamarlo, pero las líneas de diseño evolucionan y quien escapa de lo tradicional es con frecuencia marginado. Y el diseño predominante para este año ha sido el de un móvil con pantalla al menos 18:9, bordes muy reducidos y, probablemente, notch.

En la segunda mitad de año se ha normalizado el notch en forma de gota, bastante más discreto

Así, después de la invasión notch del primer trimestre de 2018, los notch han empezado a encoger. Sí, todavia hemos tenido algún notch grandecito como el del Google Pixel 3 XL, pero al mismo tiempo se ha ido normalizando el notch con forma de gota.

El invasivo notch cejil está dejando paso lentamente a otro más modesto que, irónicamente, es más parecido al que lo empezó todo: el del Essential Phone. Algunos ejemplos de esta tendencia los tenemos en OnePlus 6T y Honor 10 Lite, ambos con un notch más pequeño que su versión anterior (OnePlus 6 y Honor 10 respectivamente).

El notch del OnePlus 6 no era muy grande, pero ha encogido en el OnePlus 6T

Otros fabricantes no se lanzaron de cabeza al notch durante el año, como Motorola con sus Moto G6 (sí lo haría más tarde con el Moto One), y han podido así saltarse el paso del notch esbelto, montando en su lugar el más pequeño. Es el caso de la gama Moto G7, que se esperan también con un notch con forma de gota.

Ideas para evitarlo no faltan

De igual modo, durante el último trimestre del año está habiendo una gran explosión de ideas para evitar el notch. Algunas no son nuevas, pero hemos pasado de ideas locas en dispositivos conceptuales como el Vivo Nex a ser incorporados en modelos importantes como el Xiaomi Mi Mix 3.

La cámara que aparece y desaparece

El Lenovo Z5 Pro desplegado para mostrar su cámara frontal

La primera idea era sencilla. Si queremos que la pantalla abarque todo el frontal, entonces la cámara frontal solo puede existir con algún tipo de mecanismo retráctil. Hay varias iteraciones de la misma idea, pero independientemente de que el mecanismo sea motorizado, manual, o que lo que se mueva sea solo la cámara o todo el cuerpo deslizante, la idea es la misma: la cámara frontal está generalmente oculta y solo se muestra cuando se necesita.

La segunda pantalla

La cámara y pantalla trasera del Nubia X

Esta otra idea no se puede decir que se haya expandido mucho por ahora, pues solo está oficialmente en el Nubia X, es una segunda pantalla en la parte trasera. Si la pantalla ocupa todo el frontal de borde a borde y no queremos cámara retráctil, la única solución es quitar la cámara frontal.

Claro, que un móvil sin selfies pierde mucho encanto, y hacerse fotos "a ciegas" es un poco complicado. La solución: añadir una pantalla secundaria en la parte de atrás para poder usar la cámara trasera como frontal. Es una idea un poco complicada y tiene ciertas repercusiones sobre el uso (o sobre cómo le pones una funda a eso...) así que no sabemos si se extenderá mucho, aunque de momento se espera ya para el próximo Vivo NEX.

Los agujeros

Imagen conceptual no oficial de cómo luciría el Galaxy A8s

Por último tenemos la idea que con más seguridad va a matar el notch: el agujero. Huawei, Samsung y hasta Apple están jugando con la idea y la tecnología parece tan lista y cercana que durante este mes de diciembre se esperan muchos anuncios de modelos con esta cámara frontal en un agujero.

La mayor ventaja del agujero frente al notch es la posición

Podríamos entrar en un debate filosófico entre cuánto mejor es la cámara en un agujero con respecto al notch y no llegaríamos a un acuerdo, aunque hay algunas ventajas claras sobre este último. Primero está que ocupa menos, aunque la diferencia ya no es tanta con los últimos notch de tamaño reducido. Lo más relevante es su posición.

Mientras que el notch debe estar en el medio para no ser una cosa muy rara, el agujero puede estar virtualmente donde al fabricante le de la gana, y por ahora lo estamos viendo generalmente en los lados, más modesto, tomando menos protagonismo y molestando menos. Este agujero es además más pequeño, de modo que se puede absorber por la barra de estado.

El notch descentrado queda fatal

La teoría nos dice que los agujeros en la pantalla deberían ser mejores que el notch por la sencilla razón de que son más pequeños, aunque no cantemos victoria todavía antes de verlos en funcionamiento. Por suerte, no deberemos esperar mucho.

2019, el año en el que lo que molará es pasar del notch

Si unimos todo esto nos damos cuenta de que, para quienes odiamos al notch, lo peor ya ha pasado. La moda ha tocado techo y la obsesión de llevar la pantalla al máximo ha ido transmutando durante el año por la obsesión de intentar hacer eso mismo... pero sin el notch.

Por supuesto, seguiremos viendo algo de notch durante el año que viene, pero todo indica que otras tecnologías, especialmente los agujeros en la pantalla, van a marcar el ritmo en lo que a diseño se refiere. Aun parece pronto para soñar con la idea de las cámaras integradas bajo la pantalla, aunque probablemente llegaremos a ello en algún momento, paciencia.

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